martes, 26 de mayo de 2009

LLAMADO A ALGUNOS DOCTORES

Odi Gonzales

La prolongada agonía y deceso de mi madre quechuahablante difirió hasta hoy mi sentir sobre el abuso contra la congresista quechuahablante Hilaria Supa.

De los quehaceres y oficios en el Perú actual –con honrosas excepciones- el del abogado y del periodista se enciman, como los más envilecidos.
Usaq sullun/feto de piojo se le llama en Runa Simi al mediocre fementido con delirios de grandeza y superioridad. Y un sujeto así, con la autoridad –a sí mismo atribuida- de un docto, encaramado en la dirección de un periódico ha insultado en la persona de doña Hilaria a quienes en el Perú hablamos la lengua materna y, por las consabidas interferencias idiomáticas -propias de cualquier bilingüismo- nos expresamos o escribimos con dificultad o errores morfosintácticos.
El erudito akakutirpa/rumiador de sus propias heces ideó en su página la ocurrencia de que el conocimiento, la cultura, provienen únicamente de la instancia de los letrados. Y más aún. Refiere que en el Perú quien habla o escribe en español es el que ‘sabe’. Por tanto, los saberes de la cultura oral -que no están en los libros- no son conocimientos. Bajo este raciocinio de Cantinflas, un PhD o un periodista abyecto, sólo por ser parte de una cultura dominante, sería holgadamente superior, por ejemplo, a una tejedora de Chinchero que en el intrincado diseño de una faja logra configurar los saberes de toda una cosmovisión transmitida mediante códigos más arcanos, y en el decurso de generaciones.
En el Perú, el conflicto escritura/oralidad, proclive al limbo cultura/barbarie es una reyerta de añejos forajidos. Persiste desde la tarde en Cajamarca, cuando un fraile letrado alcanzó al emperador Inka el objeto libro [Biblia] haciéndole saber, a través del intérprete, que allí estaba la palabra de Dios. El monarca -arquetipo del código oral- fastidiado de que ninguna dicción divina emergiera de la grafía, terminó arrojando la Biblia, por lo que sería escarnecido como blasfemo y alma negra.

Me pregunto si este ganapán del periodismo peruano le reprocharía errores de ortografía al tayta Guaman Poma si leyera un párrafo de ese prodigio Nueva Coronica y Buen Gobierno cuya configuración discursiva –grafía castellana, sintaxis quechua- devela las dificultades expresivas de un bilingüe andino:
“Desto los jueses no lo rremedia; por ser cohechados como los saserdotes y padres, se llaman dotores y lisenciados, bachelleres, maystros, no teniendo título ni derecho y no sauer letra. Esto es dezir que ay mundo al rreués, pero la justicia deue ajustar y castigar”

Ya Arguedas, incitado por la irrupción de los legendarios líderes campesinos Saturnino Huillca y Emiliano Huamantica que –en los sesentas- propalaron la congénita oralidad en sus discursos, advirtió en Llamado a algunos doctores: “Dicen que no tenemos saberes, que somos el atraso, que nos van a descabezar”.

lunes, 4 de mayo de 2009

EL CUSCO Y EL QUIJOTE

Como es conocida, la relación del Perú con el Ingenioso Hidalgo Don Quijote, se inicia casi en forma inmediata a la salida de la imprenta de Juan de la Cuesta de la edición príncipe. Es así como en junio de 1606, llegan a Lima, los primeros 72 ejemplares y ese mismo año Juan de Sarria envía 9 de ellos al Cusco para ser vendidos a 4 patacones. En el mismo lote se envió un ejemplar de “Don Florisel de Niquea” de Feliciano de Silva, quien es mencionado en el escrutinio de libros que se realiza en la primera parte del Quijote y quien es padre de Diego de Silva, uno de los primeros conquistadores del Cusco.

Algunos de esos primeros ejemplares, los podemos apreciar en bibliotecas particulares y la de conventos ciusqueños.

José Gabriel Cosio fue uno de los mas fervientes cervantistas cusqueños, de el se decía que tenía por costumbre leer por lo menos una vez al año las páginas de el Quijote, escribió un pequeño texto titulado “Cervantes y el Quijotismo”. El y otros autores cusqueños utilizaron seudónimos de prosapia quijotesca, como Maese Reparos o Max Cervantino.

Luis Angel Aragón, publico dos poemarios con el mismo tema, “Canto a Cervantes y su alma ajena” e “Invocación a Don Quijote”, que de acuerdo a Angel Avendaño, son epigonales a la obra de Rubén Darío y Luis Nieto.

El poeta Washington Delgado publicó un ensayo titulado “Cervantes y el Quijote” y otro cusqueño Demetrio Túpac Yupanqui, en el 2005 publicó la primera traducción al quechua, bajo el título de “Yachay sapa wiraqucha dun Quixote manchamantan”, el cual cuenta con hermosas ilustraciones de los pintores populares de Sarhua.

También debemos indicar que en 1958 , en el Primer Festival del Libro Sur Peruano bajo la dirección de Luis Nieto, se publicó la segunda edición de la obra del arequipeño Juan Manuel Polar titulada “ Don Quijote en Yanquilandia”.

Por otra parte, el Dr. Bernardo Alborhn Alvarado, de una lejana prosapia urubambina, nos muestra la actualidad del manchego en el libro titulado “El Quijote para empresarios”, donde aplicando las diversas teorías de la administración moderna presenta a un Quijote dando consejos a los responsables del manejo de las empresas. En sus páginas podemos encontrar relaciones con la inteligencia emocional, la gestión administración, la gestión del talento humano, el marketing y la dirección empresarial entre otras. Es la muestra de una obra imaginativa aplicada a la realidad empresarial.

Entre 1779 y 1784 fue obispo del Cusco, el arequipeño don Juan Manuel Moscoso y Peralta, quien en un primer momento apoyo la rebelión de 1780, sin embargo luego mostró su disconformidad y combatió a Túpac Amaru, por lo que fue enviado a España para explicar su conducta, donde asumió el arzobispado de Granada y es en esta posición cuando, en 1795, manda edificar un palacio en la localidad de Víznar. Nada tendría de extraordinario, si es que no estuviese ornamentada con 12 pinturas murales con escenas del Quijote a escala natural, lo cual nos muestra la gran afición que el arzobispo tenía por este libro y que ya se podía notar en su estadía en el Cusco. Este palacio ha sido declarado Monumento Histórico-artístico por España y hoy es conocido como el “Palacio del Cusco”.

Como podemos apreciar, la relación del Cusco con la obra cervantina es larga y prolongada, solo esperemos que la ilustre pareja siga cabalgando por nuestros pueblos “desfaciendo entuertos” y propagando el buen decir.

QUECHUA Y CASTELLANO

En el Cusco, los idiomas que hablamos son el quechua y el castellano. En la ciudad el predominio del castellano es evidente. El quechua está subordinado y es menospreciado. En el sector rural, se sigue utilizando cada vez menos. Los más jóvenes prefieren hablar en castellano, lo hacen por que asi se sienten menos marginados, menos excluidos. Hay un sentimiento de inferioridad, de vergüenza, si solo se sabe quechua. El quechuahbalante es mal visto en la ciudad. Si embargo en los últimos años, se vienen tomando medidas con el fin de recuperar una identidad y tener orgullo de ella. En esa dirección van la publicación de textos en quechua, principalmente aquellos cuentos dirigidos a los niños de los sectores rurales, quienes aprenden a leer en su propio idioma. Se han editado textos recogidos por maestros y alumnos de diversas escuelas cusqueñas y también textos europeos, como la reciente traducción de los cuentos de los hermanos Grima, realizado por la profesora del colegio Pukllasunchis, Isabel Palomino.

En este mes de abril que celebramos a nuestro Garcilazo, quien es un clásico y un clásico al decir de muchos, es aquel a quien se cita y no se lee, debemos incentivar la lectura de sus obras y a sentirnos orgullosos como el cuando escribe “como indio natural de aquella tierra, ampliamos y extendemos con la propia relación la que los historiadores españoles, como extranjeros, acortaron por no saber la propiedad de la lengua ni haber mamado en la leche estas fábulas y verdades como yo los mamé”.

También celebramos a Cervantes, cuya obra fue traducida al quechua por el cusqueño, Demetrio Tupac Yupanqui y que si bien no tiene una difusión extensa y se le ha criticado, como a toda traducción, algunas deficiencias, es una forma de valorar nuestro quechua. Otra de las formas es la manera como la actriz huantina Magali Solier, se expresó en el acto de premiación de la película La teta asustada, donde llamó, sobre todo a las mujeres, a no tener miedo ni vergüenza de hablar en quechua.
En la medida que recuperemos el quechua, tal como lo han hecho otros grupos humanos con su lengua, reafirmaremos nuestra identidad

DOMINGO EN EL CUSCO


Fue domingo en las claras orejas de mi burro,
de mi burro peruano en el Perú ( Perdonen la tristeza)
César Vallejo

Hace unas semanas Erick La Torre, en su blogg “Crio de la Niebla”, escribió sobre la nostalgia que le invadía en las tardes de un domingo cualquiera, cuando el cielo se nublaba, se ponía gris y no había lluvia. Dice que en esas tardes su “alma se vestía de luto y una pena amarga le invadía el ser”. Al parecer este sentimiento es común a los cusqueños, cuando una tarde cualquiera, sin una labor específica por realizar, se encuentran bajo un cielo oscurecido, pero que no se decide a derramar sus gotas.

Será por que nuestro espíritu está preparado para el sol o la luvia y no para situaciones climáticas intermedias? Cuando hay sol nos sentimos alegres, dicharacheros, las ajahuasis están llenas de gente bulliciosa, pero cuando el día está oscurecido por las nubes, nos volvemos mas taciturnos, la gente en la penumbra bebe chicha y habla a susurros. Será que extrañamos la lluvia necesaria para el riego de las sementeras?. Cuando las gotas de lluvia mojan la tierra, la gente camina presurosa, se entretiene mirando el cielo e intentando pronosticar en cuanto tiempo escampará.

Las familias en las mañanas domingueras, dividen su tiempo entre asistir a la misa madrugadora de la catedral, donde pueden escuchar a las “ch’ayñas”, luego de lo cual pueden decidir en pasar a tomar un apetitoso desayuno en “El Ayllu” o ir a saborear un lechón o un caldo de cabeza al mercado. Otros acudirán al cementerio a visitar a sus muertos o irán al mercado a acopiar los alimentos para la semana; luego de lo cual pasaran a presenciar el izamiento de las banderas en la plaza de armas.

Por las mañanas también se ve pasar a algún carguyoc seguido de una banda de k’aperos, a celebrar alguna festividad patronal, donde se puede tomar, por cortesía del carguyoc, un ponche de habas o de guindas.

Luego proceden al almuerzo familiar y por la tarde pueden continuar con una reunión con parientes y amigos, asisten a una picantería o simplemente se dedican al descanso. Son muy pocos quienes se dedican a recorrer las ruinas cercanas o simplemente a caminar por las calles.

Los jóvenes, actualmente no tienen mayores oportunidades de diversión. No hay cines ni otros espectáculos con excepción de alguna tarde deportiva. El centro histórico, un domingo por la tarde, es solo recorrido por turistas, los cusqueños brillan por su ausencia. Los paseos a lugares cercanos, si bien son más fáciles por los medios de transporte que hay, no son frecuentes por la capacidad económica del cusqueño común y corriente.

Si las mañanas domingueras son alegradas por el sol y alguna banda de k’aperos, las tardes se vuelven monótonas, donde la quietud se hace penetrante, las horas se alargan y la nostalgia invade el espíritu, recordándonos a un cantor español que entonaba, “estas tardes grises del otoño, me ponen triste..”