domingo, 15 de noviembre de 2009

Cachiccata y la National Geographic

Reproducimos la nota aparecida el 15.11.2009 en el diario limeño El Comercio . Cachiccata, está ubicado a unos kilometros al frente de Ollantaytambo, a los pies de la montaña donde se encuentra las canteras de donde se extrajeron las piedras que sirvieron para la construcción del pueblo. Desde hace unos años se ha implementado servicios para el turista.

Valle Sagrado de los Incas es una de las 25 mejores travesías para el 2010

18:27 Revista National Geographic invita a pasar por lo menos una semana entre los andenes, el pueblo de Cachiccata y el Camino Inca del Cusco
Un viaje al Perú, y especialmente al Valle Sagrado de los Incas en el Cusco, es una de las 25 mejores travesías en el mundo para el 2010. Así lo señaló la prestigiosa revista National Geographic en su edición de noviembre.
La publicación dedicada a la naturaleza y sitios históricos describe al Valle Sagrado del Cusco, al pueblo Cachiccata, a la caminata hacia Machu Picchu y a los antiguos andenes Incas como las principales razones para visitar el Perú. Por ello invita a los viajeros a pasar al menos una semana entera en la ciudad imperial.
Según el artículo, Adventure Life Journeys está organizando dos viajes a Perú en abril y diciembre del 2010 con destino a Cusco y Machu Picchu. Ofrece tours de grupos pequeños que tienen un impacto positivo en la cultura y medio ambiente del lugar. El objetivo de la empresa es ofrecer unas vacaciones divertidas y emocionantes, al mismo tiempo que crea un mejor entendimiento entre los viajeros.

BATANES Y MORTEROS




En tiempos antiguos dicen que el sol murió. Y, muerto el sol, se hizo noche durante cinco dias. Las piedras, entonces, se golpearon entre ellas mismas, unas contra otras; desde entonces se formaron los llamados morteros, es decir las muchcas, y también los batanes”

Dioses y hombres de Huarochirí (¿1598?)

Uno de los principales instrumentos de la cocina es el batán (maran) y su mano (tunao). Sirve para moler los alimentos, para sacar la cáscara de algunos granos como la quinua, elaborar las salsas como la uchukuta. Consiste en una loza de piedra, completamente plana y lisa, sin porosidades, En algunos casos la parte media presenta una hendidura originada por el continuo uso y la fricción de la mano. El tunao es una piedra media ovalada (casi media luna), o media rectangular, algunas veces con protuberancias para sostenerla. En este último caso ha sido confeccionada ex profeso.

Esta piedra se consigue en zonas donde hay tradición de picapedreros. La mano se puede encontrar en la orilla de los ríos, tiene que ser de una piedra fuerte y dura, además de tener la forma necesaria que permita su manipulación y uso adecuado.

Su ubicación es cercana al fogón, pero puede estar también fuera de la vivienda. Generalmente esta sobrepuesto sobre una base de piedras o adobes y asegurado con barro.

Hay de distintos tamaños, los pequeños (de 40 cm aprox) se usan para las laboras diarias, mientras que los mas grandes ( de 1.10 mt aprox) se usan para labores mayores como moler la jora para chicha. Por supuesto que en estos casos el tunao es mas grande para permitir una molienda mas rápida.

Cuando hay que moler grandes cantidades, como la jora, el trabajo se realiza por la noche, empezando la labor a media noche y para esto se contrata a una persona, generalmente un varón por que tiene mas fuerza que la mujer. Las labores de molienda diaria, las realiza el ama de casa, pero también lo puede hacer el varón.

Se puede moler en seco y elaborar harina, como también se puede moler con agua o aceite y, dependiendo que se quiere y en que medida triturar, se le dará mayor o menor fuerza a la presión del tunao, el cual, para evitar el cansancio, se debe manipular en forma acompasada.

LA MUSK’A

El mortero o musk’a, también es de piedra. Sus dimensiones pueden variar entre 20 cm a 40 cm de diámetro. Hay morteros muy bien labrados, con bordes altos por lo tanto profundos, tales como nos muestran las evidencias arqueológicas que encontramos en los museos, donde incluso se aprecian, diversos grabados en alto relieve, de animales como serpientes o pumas.

Algunos morteros, son de piedras encontradas en la naturaleza, las que por un proceso de fricción han adquirido una profundidad que permite amartajar alimentos o hierbas en pequeñas cantidades; mientras que la mayoría son fabricados ex profesamente, unos en forma burda y otros con un hermoso acabado.

La mano es una piedra llamada collota, la cual normalmente es alargada, otras veces casi esférica. Lo usual es que sea alargada permitiendo un uso más armonioso para la persona que lo utiliza.

Sirve para triturar algunos granos en pequeñas cantidades y hierbas para aderezar de los alimentos o que sirvan para un emplasto. Como en el caso del batán, dependiendo del producto que se trate, se puede usar agua o aceite.

martes, 10 de noviembre de 2009

COMO NO RECORDAR A OLLANTA

Herbert Del Alamo Gibaja (*)

Hoy quiero trasladarme imaginariamente al legendario Ollanta, para rememorar sus bellos paisajes y su maravillosa gente: Altun tuytuck phuyuhuanhina orqon qasanta phawaspa waqaq sonqoywan yuyaynintin maskamuyki sumaq llaqta

Como no recordar Ollanta, pequeño pueblo andino, con su placita caracterizada por el olivo centenario, cuadrilátero con frondoso pisonaes. Ese Ollanta de callecitas estrechas, tan estrechas que cuando uno las transita, se tiene la sensación de estar recibiendo el calor fraterno del abrazo de su generosa población. Ese Ollanta que con el Pincuylluna, que constituye su celoso guardián, teniendo en el lado opuesto, cual faro norte, el reflejo de las nieves perpetuas de la Verónica, cuando los rayos del sol iluminan su cima.

Como olvidar Ollanta, por cuyo extremo suroeste serpentea el Wilcamayo con aguas apacibles hasta llegar a la altura de la “Estación”, donde súbitamente se vuelve tormentoso e irascible. Por otro lado, dividiendo a la ciudad en dos partes: Jatunllacta y Araccama, aparece en forma perpendicular al Vilcanota, el Calicanto, de gélidas aguas nacidas en las alturas de Patacancha.

Ollanta, aunque territorialmente pequeño,es un nido de encantos, de leyendas, lleno de historia y testimonios como su conocida “Fortaleza inca”, sus admirables baños de Manyaraqui, las canteras y andenerías de Simapucyu y Cachiccata. Todos ellos constituyen las muestras incomparables de su grandiosidad, de sus valiosos antepasados y que forman el fundamento de nuestro orgullo.

Como olvidar a mi Ollanta querido, sus lugares placenteros como Mascabamba, Compone, Pillcuhuasi, Phacchayoc, Rumira, Tarabamba, Huayrajpunku, etc, enlazados por caminitos pedregosos, con el aroma de la flor de retama y eucaliptos, con el soñador cantar de alondras, jilgueros, ch’ititis y tantas aves más…

Como no recordar siempre la vieja escuelita de Patacalle, con su director el profesor Alberto Salas, hombre amable y comprensivo y, al mismo tiempo, dinámico y enérgico. Posteriormente llegaría otro gran maestro, el señor Valentín Martínez, docente de amplia experiencia, de actitudes serenas y paternal trato. Como olvidar, los chicotazos con ramas de sauce llorón, que me hacían llorar, cuando la profesora y ti mía, me aplicaba de tarde en tarde, debido a alguna mataperrada que había hecho. La profesora parece que tenía un concepto peculiar de lo que era el cariño, pues a mayor grado de parentesco, mayor severidad en el castigo.

Si físicamente Ollanta es un pueblo chico, tiene la incomparable grandeza que le otorga la calidad humana de sus pobladores, gente tal vez modesta, pero trabajadora y honrada.

La vida de la población transcurría en paz y tranquilidad, sin preocupaciones por ladrones, ebrios, ni otro tipo de desquiciados. Esta felicidad fue fruto de la educación y buen ejemplo que nos dieron nuestros padres, guiándonos por el camino del bien y el honor.

Muchos jóvenes, por las metas que nos trazamos, tuvimos que emigrar y con el invalorable y esforzado trabajo de nuestros padres, con la decisión irrenunciable, la fe inquebrantable, llegamos a la capital, para conquistarla con trabajo, con estudio. Quienes escogieron trabajar, poco a poco fueron ampliando sus fuentes de ingreso. Los otros, los que buscamos una profesión, algunos con el aporte de nuestros padres y otros buscando nuestro sustento, afrontamos situaciones difíciles, luchando contra el hambre, las incomodidades, a las cuales nos sobrepusimos con el temple y la terquedad del andino : ruwanaytaqa ruwasaqmi.

Ollanta querido, nos has dado todo lo que tienes, pero principalmente el privilegio de ser tus hijos. Sin embargo, nos separamos. Nos quedamos en la capital, alguna vez volvemos como ave de paso, solo para respirar tu aire de cariño, de pureza, de paz. Nos encontramos lejos de ti sin perder el orgullo de ser ccotos, pero también es posible que estemos lejos contradiciendo a las letras de esos viejos huaynos que dicen: Ollanta runaqa, yunka mula hina kutikuy mañayoq, o tal vez: Ripuywan wañuywan kuskallañas kanku .

Yapamanta pacha tupananchiscama waykepanakuna.

(*) Contralmirante de la Sanidad Naval, Marina de Guerra del Perú. (08 Noviembre 1928 - 04 Marzo 2007)