Karla Olazábal Ramírez
En el Territorio Nacional, existen alrededor de cuarenta lenguas reconocidas por el gobierno del Perú como oficiales, sin embargo muy pocas personas saben de su existencia y sólo se da importancia al castellano.
La idiosincrasia de la población como consecuencia de la conquista cambio notablemente, se dio una desvalorización de la cultura, en este caso específicamente de la lengua. El castellano se impuso, mientras que las otras lenguas fueron subordinadas en relación él. La escuela durante todo el periodo republicano ha sido fundamental en arraigar este concepto tan absurdo de superioridad lingüística. Generalmente se da instrucción en castellano quitando así, la oportunidad de hablar en la lengua materna. Esta discriminación llega hasta las familias, que son el núcleo de la sociedad, quienes para evitar ser marginadas en diferentes situaciones y que sus hijos tengan un mejor futuro, básicamente logrando tener un mayor acceso a servicios que proporciona el estado (justicia, educación y salud, principalmente), propician el aprendizaje de una segunda lengua y no la materna. En otros casos (generalmente las personas mayores) han aprendido el castellano debido a la necesidad, sin embargo su nivel de expresión es bajo, por lo que igualmente son discriminados y a esto contribuyen los medios de comunicación como la TV, que pone personajes como la “paisana Jacinta” que menosprecian al poblador de la sierra.
La discriminación que sufren los hablantes de quechua, aymara y lenguas amazónicas, es la misma que los hispanohablantes sufrimos frente a lenguas mas “poderosas” como el inglés y el francés en diferentes partes del mundo. Esto se debe también a que gracias a la globalización y al mundo moderno, los hablantes de estas últimas lenguas, son quienes tienen más influencia en la actualidad y controlan gran parte de la economía mundial, entre otras cosas; por lo que nos vemos en la obligación (si queremos insertarnos en el mundo global) de aprender estos idiomas. Los idiomas nativos, son menospreciados, los que lo hablan son marginados.
Debemos evitar que lenguas como el quechua y aymara desaparezcan porque son parte de nuestro pasado cultural: Un gran numero de personas son hablantes de estas lenguas, son una forma de ver el mundo única, que poco a poco se esta desvalorizando, sin embargo antes de la conquista ambos idiomas eran los que se hablaban principalmente en América del sur y eran los más aceptados socialmente.
Por otro lado, si desaparecen, ¿cómo los historiadores, antropólogos, sociólogos etc. podrán recopilar datos importantes de nuestro pasado y presente, del conocimiento acumulado en centurias? Este patrimonio sumamente interesante se perdería junto con estos idiomas y no habría vuelta atrás para recuperarlos.
Como posibles soluciones para evitar la desaparición de estas dos lenguas, podríamos decir en primer lugar que es preciso reconocer que todos formamos parte de esa realidad, aunque nuestro lenguaje y posiblemente nuestro aspecto e intereses sean otros, pero todos somos mestizos y nuestros antepasados nos dieron ese legado que debemos rescatar. En segundo lugar, el estado debería de hacer campañas nacionales para que se revaloren estos idiomas nativos, así como capacitar a profesores bilingües que enseñen a los escolares en su idioma materno y en castellano, para que así tengan más oportunidades de recurrir a servicios que proporciona el estado y a la vez puedan conservar su cultura. Igualmente se debe hacer de una vez por todas, que los servicios necesarios en las zonas de habla quechua y aymara, sean proporcionados en esas lenguas y que todo quechua y aymara hablante debería tener las mismas oportunidades de hacer uso de su lengua en los diferentes trámites administrativos en las diferentes instancias del estado. En tercer lugar, los medios de comunicación siempre cumplen un papel importante en la sociedad, por lo que debería de hacerse publicidad en diferentes idiomas, para que de esa manera exista una mayor identificación con lo autóctono y se extienda a todo el Perú. En cuarto lugar, la escuela debería incentivar la revaloración de la cultura andina y por tanto de sus lenguas, tomando en consideración que somos un país pluricultural y multilingüe, donde cada uno de los grupos humanos tiene una propia identidad. El respeto al otro es importante, sin embargo la cultura occidental propicia que la cultura andina sea siempre menospreciada, por lo que se da la discriminación y el racismo.
La enseñanza y producción de textos en estos idiomas, así como programas en los medios de comunicación, evitará su desaparición.
Hacer que los que hablan quechua y aymara tomen conciencia de la igualdad de sus idiomas con otros como el castellano y se sientan orgullosos de pertenecer a una sociedad que ha aportado al mundo numerosos conocimientos y productos como la papa y el maíz, hará que estos idiomas, y no dialectos, supervivan.
En el Territorio Nacional, existen alrededor de cuarenta lenguas reconocidas por el gobierno del Perú como oficiales, sin embargo muy pocas personas saben de su existencia y sólo se da importancia al castellano.
La idiosincrasia de la población como consecuencia de la conquista cambio notablemente, se dio una desvalorización de la cultura, en este caso específicamente de la lengua. El castellano se impuso, mientras que las otras lenguas fueron subordinadas en relación él. La escuela durante todo el periodo republicano ha sido fundamental en arraigar este concepto tan absurdo de superioridad lingüística. Generalmente se da instrucción en castellano quitando así, la oportunidad de hablar en la lengua materna. Esta discriminación llega hasta las familias, que son el núcleo de la sociedad, quienes para evitar ser marginadas en diferentes situaciones y que sus hijos tengan un mejor futuro, básicamente logrando tener un mayor acceso a servicios que proporciona el estado (justicia, educación y salud, principalmente), propician el aprendizaje de una segunda lengua y no la materna. En otros casos (generalmente las personas mayores) han aprendido el castellano debido a la necesidad, sin embargo su nivel de expresión es bajo, por lo que igualmente son discriminados y a esto contribuyen los medios de comunicación como la TV, que pone personajes como la “paisana Jacinta” que menosprecian al poblador de la sierra.
La discriminación que sufren los hablantes de quechua, aymara y lenguas amazónicas, es la misma que los hispanohablantes sufrimos frente a lenguas mas “poderosas” como el inglés y el francés en diferentes partes del mundo. Esto se debe también a que gracias a la globalización y al mundo moderno, los hablantes de estas últimas lenguas, son quienes tienen más influencia en la actualidad y controlan gran parte de la economía mundial, entre otras cosas; por lo que nos vemos en la obligación (si queremos insertarnos en el mundo global) de aprender estos idiomas. Los idiomas nativos, son menospreciados, los que lo hablan son marginados.
Debemos evitar que lenguas como el quechua y aymara desaparezcan porque son parte de nuestro pasado cultural: Un gran numero de personas son hablantes de estas lenguas, son una forma de ver el mundo única, que poco a poco se esta desvalorizando, sin embargo antes de la conquista ambos idiomas eran los que se hablaban principalmente en América del sur y eran los más aceptados socialmente.
Por otro lado, si desaparecen, ¿cómo los historiadores, antropólogos, sociólogos etc. podrán recopilar datos importantes de nuestro pasado y presente, del conocimiento acumulado en centurias? Este patrimonio sumamente interesante se perdería junto con estos idiomas y no habría vuelta atrás para recuperarlos.
Como posibles soluciones para evitar la desaparición de estas dos lenguas, podríamos decir en primer lugar que es preciso reconocer que todos formamos parte de esa realidad, aunque nuestro lenguaje y posiblemente nuestro aspecto e intereses sean otros, pero todos somos mestizos y nuestros antepasados nos dieron ese legado que debemos rescatar. En segundo lugar, el estado debería de hacer campañas nacionales para que se revaloren estos idiomas nativos, así como capacitar a profesores bilingües que enseñen a los escolares en su idioma materno y en castellano, para que así tengan más oportunidades de recurrir a servicios que proporciona el estado y a la vez puedan conservar su cultura. Igualmente se debe hacer de una vez por todas, que los servicios necesarios en las zonas de habla quechua y aymara, sean proporcionados en esas lenguas y que todo quechua y aymara hablante debería tener las mismas oportunidades de hacer uso de su lengua en los diferentes trámites administrativos en las diferentes instancias del estado. En tercer lugar, los medios de comunicación siempre cumplen un papel importante en la sociedad, por lo que debería de hacerse publicidad en diferentes idiomas, para que de esa manera exista una mayor identificación con lo autóctono y se extienda a todo el Perú. En cuarto lugar, la escuela debería incentivar la revaloración de la cultura andina y por tanto de sus lenguas, tomando en consideración que somos un país pluricultural y multilingüe, donde cada uno de los grupos humanos tiene una propia identidad. El respeto al otro es importante, sin embargo la cultura occidental propicia que la cultura andina sea siempre menospreciada, por lo que se da la discriminación y el racismo.
La enseñanza y producción de textos en estos idiomas, así como programas en los medios de comunicación, evitará su desaparición.
Hacer que los que hablan quechua y aymara tomen conciencia de la igualdad de sus idiomas con otros como el castellano y se sientan orgullosos de pertenecer a una sociedad que ha aportado al mundo numerosos conocimientos y productos como la papa y el maíz, hará que estos idiomas, y no dialectos, supervivan.