lunes, 7 de enero de 2013

Paradojas en la protección del patrimonio cultural en la ciudad del Cuzco




 Reproducimos un interesante artìculo del antropòlogo Daniel Guevara, publicado en la Revista La Colmena, editado por los estudiantes de CCSS de la PUCP

Paradojas en la protección del patrimonio cultural en la ciudad del Cuzco


Daniel Guevara
Antropólogo de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco
El 27 de setiembre del año 2012, tras un largo periodo de disputas judiciales, un contingente de 1000 policías, representantes del Juzgado Penal Liquidador Transitorio, Defensoría del Pueblo y de la Dirección Regional de Cultura desalojaron y la demolieron las viviendas de los pobladores de la “APV- La Fortaleza”. Esta asociación ocupó por más de 15 años ilegalmente 4.5 hectáreas de área arqueológica protegida en el sector de Wimpillay, en la margen derecha del rio Huatanay, en el distrito de Santiago.
Los pobladores de “La Fortaleza” opusieron resistencia al desalojo, enfrentando a la policía con palos y piedras, resultando pobladores heridos y 30 detenidos. Culminado el desalojo se procedió a la demolición de 90 viviendas – en su mayoría construcciones de dos pisos en adobe – ocupadas por 300 personas. Este evento obtuvo una amplia cobertura en la ciudad del Cuzco, e incluso llego a medios de circulación nacional[1].
El propósito de este texto no es señalar culpables, sino más bien discutir sobre las concepciones, tácticas y estrategias de la protección del patrimonio en la ciudad del Cuzco, y sus relaciones con discursos locales identitarios e ideológicos. Buscando encontrar la articulación de dinámicas a partir de esta relación, observando sus puntos en común y alguna de sus contradicciones.
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Fuente: Diario Correo (web)

El Cuzco y la protección del patrimonio
La ciudad del Cuzco cuenta con muchos espacios de origen prehispánico y colonial, que según la UNESCO y la ley Nº 28296, son patrimonio cultural ya que albergan monumentos y expresiones de valor histórico, arqueológico, estético y antropológico. El Cuzco, fue declarado como “Capital Arqueológica de Sudamérica”, “Patrimonio Cultural de la Nación” y “Patrimonio Cultural de la Humanidad”, logrando una preocupación por parte del gobierno local en “promover la protección de la ciudad Histórica, del Qosqo, generando una relación armónica entre el Centro Histórico, su medio natural y las otras áreas de la ciudad”[2]
Entonces la protección, conservación y restauración de bienes pasan a ser prioridades de los municipios y del INC, hoy Dirección Regional de Cultura. Pero, la protección del patrimonio, no solo es una necesidad de las instituciones estatales y algunos organismos no gubernamentales, sino que llega a ser un eje aglutinador de la sociedad civil cuzqueña. Son ejemplos de esto, las marchas realizadas por el INC y la UNSAAC para la protección de Machu Picchu, la cruzada por la recuperación del las piezas llevadas a Yale por Hiram Bingham, o las masivas protestas contra las denominadas leyes “antipatrimonio” en 2008.
Por ello es necesario preguntarse dónde se sostiene y cómo se articula la sociedad civil a través del patrimonio. Para investigadores locales, esto se sostiene sobre una ideología regional proveniente del indigenismo desarrollado en la ciudad a inicios del siglo XX. Flores Ochoa y van Den Berghe (1999) denominan esta ideología como, incanismo. Esta funciona como una ideología de orgullo regional local, donde “indígenas y mistis” revaloran su común origen prehispánico. Asimismo, el incanismo es una “marca estratégica de mercadizar” el mundo prehispánico, ofreciendo una otredad exótica, que realimenta la mitología local, muchas veces produciendo nuevos mitos que validan la búsqueda de los turistas, reforzando el incanismo como la ideología local predominante.
Por otro lado, a partir del proyecto político e identitario desarrollado por Daniel Estrada[3], nace el qosqorunismo, que busca la revalidación de la cultura prehispánica y quechua de la ciudad como centro del imperio pan andino. Rossano Calvo, da una vuelta de tuerca a estos dos conceptos, denominando el cusqueñismo como: “Cusqueñismo o cusqueñista, en este contexto, son sinónimos para destacar a cualquier poblador que contribuye al Cusco” (2006). Entonces, es conveniente preguntarse ¿Cómo y qué contribuye un cusqueñista al Cuzco?
En una investigación reciente sobre discriminación en discotecas de la plaza de armas del Cuzco, Valverde (2011) habla acerca de un discurso hegemónico del turismo, donde un grupo de poder – ya sea económico, político, o simbólico – perpetúa y logra la masiva aceptación, a través de los medios de comunicación local, de la idea de que la ciudad “vive del turismo‖ y de que el turista extranjero debe recibir el mejor trato –obviando intrínsecamente al poblador local” (2011, 169).
Las nociones expuestas, sea el incanismo, el cusqueñismo o el qosqorunismo – a pesar de su esencialismo- son todos parte del discurso hegemónico del turismo, que totaliza a la sociedad cuzqueña como dedicada exclusivamente a la actividad turística, siendo estas nociones funcionales a la inversión y expansión de la industria turística. Pero, ¿cómo esto se articula con la protección del patrimonio?
La articulación paradójica: protección del patrimonio, industria turística y ciudadanía
La DRC-C transmite todos los domingos en uno delos canales locales más populares de la ciudad (CTC), un programa llamado “Patrimonio”, donde se informa sobre las actividades de la institución a nivel regional. La siguiente semana al 27 de setiembre[4], el desalojo de Fortaleza fue presentado, y creo que es necesario revisar críticamente este material para poder entender cómo la protección del patrimonio se inserta dentro del discurso hegemónico del turismo.
El video presenta el desalojo de manera pormenorizada, registrado a todos los actores involucrados y sus acciones. El locutor presenta el desalojo como “un hecho sin precedentes en la defensa y protección del patrimonio de la nación” ya que se detuvo la ocupación del recinto arqueológico “por conocidos traficantes de tierra e invasores”, donde la aplicación de la ley detuvo a los “ocupantes precarios” con la “demolición de viviendas construidas clandestinamente en terrenos que le pertenecen al estado y a toda la nación”. Todo esto acompañado de imágenes de los enfrentamientos[5]
El informe concluye con imágenes de obreros desmontando un muro de adobe, mientras el locutor sostiene que con la aplicación de “la ley y acción firme que representan al estado peruano se ha logrado recuperar el patrimonio”. Mientras el locutor menciona esto se muestran imágenes de una pala mecánica pasando sobre los escombros de la casa demolida. Finalmente acompañando las imágenes del avance de las palas mecánicas, el locutor advierte que esta situación se podría repetir en asentamientos que vulneren el patrimonio.
De este modo la versión oficial de los hechos, presenta a los habitantes de Fortaleza como “conocidos traficantes de tierras” que están en contra del desarrollo de la ciudad, ya que sus viviendas impedían el uso turístico de ese espacio. Esta situación es revertida con la “aplicación de la ley” y la “acción firme del estado” representado por una pala mecánica que remueve las vivienda de adobe de dos pisos.
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Fuente: Diario La República (web)
Es por eso que vale preguntarse nuevamente ¿Cómo la protección del patrimonio contribuye al Cuzco?, ¿se puede contribuir a toda la ciudadanía buscando enfrentar “conocidos traficantes de tierras” para la exclusiva “promoción y uso turístico”? Existe una normalización de los sujetos[6] que viven en la ciudad del Cuzco, caso contrario al no encajar dentro del discurso hegemónico del turismo, son criminalizados y presentados como entes contaminantes, siendo la única solución la coerción estatal.
Chantal Mouffe (2003), se pregunta si en la democracia pueden convivir igualdad y libertad, ya que son dos conceptos que se auto repelen. Bajo la misma figura se podría plantear la siguiente paradoja: el derecho a la vivienda puede coexistir junto a la necesidad de proteger el patrimonio pensando en incrementar el sector turístico. Si es así cabe preguntarse: ¿De qué manera se puede unir la protección del patrimonio con la promoción de la inversión turística, sin vulnerar el derecho de acceso a una vivienda digna?
Sobre la paradoja democrática, Mouffe señala, que puede ser resuelta a través de la ampliación de espacios de discusión y mediación institucionalizada del conflicto, radicalizando la democracia. En el caso de los problemas paradójicos que genera la búsqueda de la ampliación del sector turístico con la protección del patrimonio, puede ser más complicado, ya que muchas veces las leyes de protección del patrimonio han impedido grandes inversiones hoteleras que podían atentar con áreas protegidas, y simultáneamente, el alto costo y la usura sobre el suelo y la vivienda en la ciudad[7] del Cuzco impiden el acceso a viviendas dignas facilitando el incremento de traficantes de tierras que aprovechan la desesperación de muchas familias.[8]
Por otro lado los conflictos centrados en la protección, no solo son contradictorios por el desencuentro de intereses, sino también por la articulación de discursos identitarios con el poder – ya sea político, económico o simbólico – como fue el caso, largamente debatido, de la presencia de una estatua de un “Inka” sobre la pileta de la Plaza de Armas y la representación de la DRC-C por la permanencia de la estatua. Los argumentos utilizados fueron, por el lado de la DRC-C, recurrir a la UNESCO y la posibilidad de que la ciudad perdiera el título de patrimonio de la humanidad y el municipio recurrió al recuerdo de la presencia del “Apache” en la pileta durante el siglo XX e invocó la representación de la identidad cuzqueña, ya fuese de raigambre qosqorunista, incanista o cusqueñista, a través del “Inka”.
Entonces, la protección del patrimonio, no solo es un trabajo técnico de preservación y restauración, sino también es un espacio de disputa de enunciación de cómo se imagina, en este caso, la ciudad del Cuzco, donde la definición de los usos y significados de los espacios públicos se encuentran en conflicto.
Mientras no se generen canales institucionales para resolver estos conflictos, ya sea el acceso a vivienda, la fiscalización sobre el uso de áreas protegidas o implementación de iniciativas de discusión y concertación sobre el desarrollo urbano, la pita se seguirá rompiendo por el lado más débil, y la ley y el estado seguirán pareciendo una retroexcavadora que avanza sobre derechos básicos de los ciudadanos, mientras se asegura el crecimiento de la inversión.

[1] Emisión de la noticia en los canales de señal abierta  América Televisión y Panamericana, así como en el canal de cable Willax Tv.
[2] Código Municipal para la Protección de la Ciudad Histórica del Qosqo (Mucipalidad del Cusco 1992).
[3] Estrada fue alcalde del Cuzco en tres distintas oportunidades, e implementó una política que unía la intervención estatal, la promoción de la inversión y un discurso identitario sostenido en  símbolos, costumbres y el idioma como  elementos de “afirmación democrática, autoestima social local  y de reconocimiento del poder que emana de las autoridades” (Pino 2004). Las críticas a este proyecto son diversas, por lo general acusándolo de “mal gusto” y “chauvinista”, descalificando las reivindicaciones locales por su falta de reflexividad y autocrítica (Pacheco Medrano 2007).
[4] Programa “Patrimonio” (Dirección Regional de Cultura-Cusco 2012).
[5]Imágenes de los enfrentamientos, 24 Horas (http://www.youtube.com/watch?v=vuVv4Ur0UV4) y Willax TV (http://willax.tv/seguridad/desalojo-de-zona-arqueologica).
[6] Para Foucault, la representación del poder por parte del Estado pasa a ser la capacidad de modelar -disciplinar- los cuerpos individualizándolos a través de la atomización y anatomización con la finalidad de homogenizar a los sujetos contenidos en un espacio, castigando cualquier desviación de lo aceptado como normal (Foucault 2005).
[7] Riofrío llama la atención de como la anticresis puede servir como una vía alternativa de financiamiento, basándose en los casos de las ciudades de Arequipa y Cuzco (Riofrío 2011).
[8] Agradezco a Rudy Roca y Pablo Quispe debatir estas ideas e incluir  el tráfico de tierras en ellas.
Bibliografía
Calvo, Rossano
2006     El Cusqueñismo. Cusco: El Comercio de Cusco
Dirección Regional de Cultura-Cusco
2012    Patrimonio  (http://www.youtube.com/watch?v=y5VDRGrRIOg)
Flores Ochoa, Jorge. A, y Pierre van Den Berghe
1999    Turismo e incanismo en el Cuzco. En Andes N°3: 179-200. Cusco
Foucault, Michel
2005     Las redes de poder. Buenos Aires: Amalgesto
Mouffe, Chantal
2003    La paradoja democrática. Barcelona: Gedisa
Mucipalidad del Cusco
1992    Código Municipal para la Protección de la Ciudad Histórica del Qosqo.
Pacheco Medrano, Karina
2007     Incas, indios y fiestas. Reivindicaciones y representaciones de la configuración de la identidad cusqueña. Cusco: INC.
Pino, Vidal.
2004     Democracia participativa para el desarrollo local. La Experiencia del Alcalde Daniel Estrada en el Cusco . Lima: PNUD
Riofrío, Gustavo
2011      Anticresis y vivienda popular.  En Quehacer N° 183: 94-99.Lima:DESCO
Valverde Elera, Jose, A.
2011     Gringos sí, indios no. Tu entrates porque estabas con tu gringa. Una aproximación a la exclusión social causada por el turismo en la ciudad del Cusco. Tesis para optar el título profesional de Licenciado, Cusco: UNSAAC.

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