domingo, 26 de diciembre de 2010

La escuela cusqueña o la resistencia pictórica / Odi Gonzales

Via Hawansuyu, nos enteramos de un trabajo del poeta del Valle Sagrado, Odi Gonzales.

"El wayki y poeta Odi Gonzales comparte con nosotros un articulo sobre La escuela cusqueña o la resistencia pictórica recientemente aparecido en la revita electronica Pterodactilo. Cabe destacar que este articulo nos permite apreciar aun mas el poemario La Escuela de Cusco de Odi, quien ademas nos da la noticia que hay por lo menos dos cuadros pintados por Guaman Poma en iglesias de dicha escuela. Odi tambien ha tenido la generosidad de compartir con nosotros un poema de La Escuela de Cusco. Kusa wayki"



BARADIEL CARGANDO CON PÓLVORA
SU ARCABÚS / Decoración mural
CAPILLA DE SANGARARÁ

Soy el arcángel apócrifo

Soy el paria al que los legos llaman
Angel y príncipe del granizo

Oculto en la penumbra del sotacoro
en el fasto luneto de una cúpula
colmo mi ruedo: fronda tiznada
por el humo de los cirios

no hay
más escenario: un árbol
un poco de tierra para asentar los pies
son el único paisaje circundante

Botas romanas, faldellín
capa volante

sobre mi escudo rige
un tordo ermitaño

No pertenezco a la jerarquía celeste
al enjambre de querubines tronos potencias
pulsando un laúd, violas
de gamba: pura
decoración pompeyana

Soy el bastardo sin linaje
En su lengua los feligreses
corrompieron mi nombre
proscrito

Anónimo, cerril
me recuesto en los gramales
cansado al atardecer
como un peón que durante el día

pisó

pisoteó barro crudo
para el adobe

Soy el arcángel apócrifo

Soy el paria al que los legos llaman
Angel y príncipe del granizo

De: La Escuela de Cusco (2005)

¿QUÉ LEER EN ESTOS TIEMPOS?

Reproducimos un artículo publicado en El Comercio de Lima, en el que se trata de que debemos leer. Ahora hay una gran inmensa intelectual, la cual es imposible de conocer en una pequeña parte. No hay el tiempo suficiente como para leer todo lo que se produce y ya se está dejando de leer a los llamados clásicos.

Por: Umberto Eco
Domingo 26 de Diciembre del 2010

“The Western Canon” de Harold Bloom define el canon literario como “la selección de libros en nuestras instituciones educativas” y sugiere que la verdadera pregunta a que da lugar es: “¿Qué debe intentar leer el individuo que todavía desea leer, en esta etapa tan avanzada de la historia?’’. Y señala que, en el mejor de los casos, en un solo lapso de vida es posible leer solo una pequeña fracción del gran número de escritores que vivieron y trabajaron en Europa y el continente americano, sin considerar a aquellos de otras partes del mundo.

Aun si nos apegamos solo a la tradición occidental, ¿qué libros debería leer la gente? No hay duda de que la sociedad y cultura occidentales han sido influidas por Shakespeare, “La Divina Comedia” de Dante, y – remontándose en el tiempo– Homero, Virgilio y Sófocles. Pero ¿somos influidos por ellos porque realmente los hemos leído de primera mano?

Esto me trae a la mente el argumento de Pierre Bayard en “Cómo hablar sobre los libros que no ha leído”, de que no es esencial leer realmente un libro de principio a fin para comprender su gran importancia. Es evidente actualmente, por ejemplo, que la Biblia ha tenido una profunda influencia tanto en la cultura judía como en la cristiana en Occidente, e incluso sobre la cultura de los no creyentes; pero esto no significa que todos los que hayan sido influidos por ella la hayan leído de principio a fin. Lo mismo puede decirse de las obras de Shakespeare o James Joyce. Para ser una persona culta o un buen cristiano, ¿es necesario haber leído el Libro de los Reyes o el Libro de los Números? ¿Es necesario haber leído el Eclesiastés, o es suficiente saber meramente de segunda mano que condena la “vanidad de las vanidades”?

Lo siguiente es que el interrogante del canon no se homologa con el de los programas de estudios, que representan el conjunto de obras que un estudiante debe haber leído para cuando termina sus estudios.

Hoy en día, el problema es más complicado que nunca antes, y durante una reciente conferencia literaria internacional en Mónaco, hubo un debate sobre el lugar del canon en la era de la globalización. Si las ropas de diseñador “europeas” se producen en China, si usamos computadoras y autos japoneses, si incluso en Nápoles comen hamburguesas en lugar de pizzas –si, en suma, el mundo se ha contraído a dimensiones provinciales, con estudiantes inmigrantes en todo el mundo que piden se les enseñen sus propias tradiciones– entonces ¿cómo luciría el nuevo canon?

En ciertas universidades estadounidenses la respuesta ha surgido en la forma de un movimiento que, en vez de ser “políticamente correcto”, es políticamente tonto. Ya que tenemos muchos estudiantes negros, han sugerido algunas personas, enseñémosles menos a Shakespeare y más literatura africana. Un chiste fino a costa de todos esos chicos destinados a salir al mundo sin comprender las referencias literarias universales como el soliloquio de “ser o no ser” de Hamlet; y por tanto, condenados a seguir al margen de la cultura dominante. Si acaso, el canon existente debería ser ampliado, no desplazado. Como se ha sugerido recientemente en Italia, en relación con las lecciones semanales de religión en la escuela, los estudiantes deben aprender algo sobre el Corán y las doctrinas del budismo, así como los Evangelios. Asimismo, no sería mala idea si, además de sus lecciones sobre la civilización griega antigua, los estudiantes de bachillerato aprendieran algo sobre las grandiosas tradiciones literarias árabe, india y japonesa.

No hace mucho tiempo fui a París a participar en una conferencia a la que asistieron intelectuales europeos y chinos. Fue humillante ver cómo nuestros colegas chinos conocían todo sobre Emmanuel Kant y Marcel Proust, sugiriendo paralelos (fuera correctos o erróneos) entre Lao Tzu y Friedrich Nietzsche, mientras la mayoría de los europeos entre nosotros apenas podían ir más allá de Confucio, y a menudo solo basados en el análisis de segunda mano de eso.

Hoy, sin embargo, este ideal ecuménico se enfrenta con ciertas dificultades. Se puede enseñar a los occidentales jóvenes “La Ilíada” porque han oído algo sobre Héctor y Agamenón, y sus conocimientos rudimentarios de la cultura incluyen expresiones como “el juicio de Paris” y “talón de Aquiles” (aunque en un reciente examen de admisión de una universidad italiana, un solicitante pensó que el término “talón de Aquiles” se refería a una enfermedad, como la rodilla de mucama o el codo del tenista). Sin embargo, ¿cómo se puede interesar a esos estudiantes en el poema épico en sánscrito de “El Mahabharata”, o los poemas en “El Rubaiyat” de Omar Khayyam en tal forma que esas obras persistan en su memoria? ¿Realmente podemos adecuar la educación para que se adapte al mundo globalizado cuando la vasta mayoría de los occidentales cultos no tiene idea alguna de que, para los georgianos, uno de los mayores poemas en la historia literaria es “El caballero de la piel de pantera” de Shota Rustaveli? ¿Cuando los eruditos ni siquiera pueden ponerse de acuerdo sobre si, en la versión georgiana original, el caballero del poema está usando de hecho una piel de pantera, y no una de tigre o una de leopardo? ¿Siquiera llegaremos tan lejos, o debemos seguir preguntando simplemente?: ‘’¿Shota qué?’’

Traducción de Hector Shelley

sábado, 18 de diciembre de 2010

Ledo Ivo y Odi Gonzales

Recientemente coincidieron el gran poeta brasileño Ledo Ivo y nuestro wayki y harawico Odi Gonzales. Ambos leyeron su poesia a un gran auditorio, parte de lo cual queremos compartir con todos ustedes.




LEDO IVO

A cartilha

Primeira licao

Na escola primária
Ivo viu a uva
e aprendeu a ler.

Ao ficar rapaz
Ivo viu a Eva
E aprendeu a amar.

E sendo homen feito
Ivo viu o mundo
seus comes e bebes.

Um dia num muro
Ivo soletrou
a licao da plebe.

E aprendeu a ver.
Ivo viu a ave?
Ivo viu o ovo?

Na nova cartilha
Ivo viu a greve
Ivo viu o povo.


ODI GONZALES

Umantuu
(Brooklyn, NY 11211)

maytaña riqtikipas, k’uychi
/sirina
sillwi tinyachaykiwan qan
chaninta waqyaripay
k’ita pureq almayta
uri manchali
salqay salqay erqe
t’anpa chukchan kaq
rutusqankumanta pacha

kutichimuy takiq challwa
/sipas
waqtaykita waqyapayaspa
hunt’a ñuñuykimanta lluy
phoqchirimuq q’ata
/ñuqñuykita
qhawa qhawaychispa

may´piña tupaspaykipas, rit’iy rit’iy
mana rikhuriq phuyuq t’ikan
/qoya
qatirimuy q’osti
ch’usaq phuyuman t’inkispa
ayqeq almayta;
ñawpachimuy yaw mana puñuq
siwiq warmi, chakinpamuy
ch’ayñakunaq ñanninman
qhatakunaq patanman

maytaña chayaqtiykipas lluy pureq
wayray wayra qoya
tusuq wayra qotu
pusarimuy chinqaq almayta
aysarimuy chakinpamanta sichus
mana hamuyta munaqtinqa
kay khutu waqsi
aya hayt'ayman

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Checho y Juvenal

El pasado domingo, los jugadores del cienciano encabezados por el Checho Ibarra, lograron una proeza, vencer a su contendor del norte y mantenerse en la división profesional del futbol peruano. El pueblo cusqueño apoyó masivamente al Cienciano, que está huerfano de dirigentes y en la mas absoluta bancarrota.






Reproducimos la columna de Abelardo Sanchez León, publicada el dia 8 de diciembre del 2010 en El Comercio de Lima


Como un anticipo a las elecciones presidenciales del próximo año, emergen, desde los escombros del club Cienciano, las figuras de Checho Ibarra y de Juvenal Silva. El primero lo hace en calidad de héroe y el segundo como un redomado villano. El Perú actual nos tiene acostumbrados a estos tipos de personajes: el oficial, la cara arisca del Estado, el rostro de la autoridad, del congresista, del dirigente deportivo, representado por Juvenal Silva, a quien se le puede añadir, si deseamos, el de gamonal y hacendado, en comparación con el Checho, un argentino suelto en plaza que ha encontrado en estas tierras un modo singular de cariño, siempre ingrato, no siempre reconocido, a partir de su accionar desprendido y generoso, casi como si fuese un héroe popular.

Checho Ibarra, un delantero que ha pasado por la mayoría de nuestros clubes, es el goleador máximo de nuestro fútbol. Pero eso no importa en estos momentos. Ahora tiene la imagen de una camioneta todoterreno que ha sacado al Cienciano del fango, donde lo dejó irresponsablemente su dirigente único, su líder máximo, el capataz de nuestro fútbol, el eterno Juvenal Silva. Cienciano es un club que nos ha dado mucho en lo deportivo, pero que no tiene patrimonio. Es la negación de la institucionalidad. No tiene un local mínimo y no promueve las divisiones inferiores. Casi ningún jugador proviene del Cusco. Su héroe máximo, el Checho, con una gorrita de campo, en buzo, con su goma de mascar achorada, ha demostrado que estando cerca de los jugadores, compartiendo sus penas, con amor propio, con humildad (palabra que tanto nos gusta, pero que nuestras autoridades jamás utilizan) se puede salvar la categoría en un torneo tan enrevesado como es el peruano.

En estos momentos de sana alegría hay que detenernos en el malo, no en el bueno. El malo es siempre un personaje complejo, difícil de asir, sobre todo cuando forma parte del ‘establishment’ nacional. Juvenal Silva es un llamado padre de la patria, un hombre, imagino, de negocios, un político regional, un dirigente deportivo. Y, sin embargo, representa lo que nadie quiere para el 2011. Personajes como él justifican la figura creciente del ‘outsider’ y que por ocultar su cara en los momentos difíciles del club, produce figuras emblemáticas como el Checho, una vuelta olímpica en olor de multitud, que espero signifique el reconocimiento definitivo a este aventurero simpático, convertido en héroe popular.

sábado, 4 de diciembre de 2010

SI SE PUEDE!!!!

Cienciano por el lente de Martin Chambi






El día de mañana el CIENCIANO, nuestro campeón, gracias al coraje de un grupo de jugadores, luchará por mantenerse en el fútbol de primera división.

La informalidad, los malos manejos, la falta de transparencia y la decidia de algunos cusqueños ha dado como resultado que nuestro equipo esté atravesando una crisis muy grave.

sábado, 13 de noviembre de 2010

DESTRUYENDO OLLANTAYTAMBO






Hace un un tiempo idicamos que no nos cansaríamos en nuestro próposito de defender nuestro patrimonio cultural material e inmaterial. No quisiéramos hacerlo, nos agradaría no referirnos al tema, pero lamentablemente tenemos que ser reiterativos por que el daño que se sigue haciendo es digno de un pueblo bárbaro que no conoce su pasado y por supuesto no se proyecta al futuro.

Nos llenamos la boca diciendo que Ollantaytambno es “la ciudad inca viviente”, participamos en concursos queriendo nombrarla como una maravilla, pero no hacemos nada por conservarla, mas bien hacemos todo lo necesario para destruirla. Cada año deterioramos la traza inca del pueblo, los muros incas son revestidos con cemento, mientras que otros son derribados aprovechando la noche y culpando a las lluvias, mientras las autoridades encargadas de proteger se hacen de la vista gorda y no quieren ganarse antipatías. De que vale una denuncia policial o judicial que no prospera, que se queda en los anaqueles de algún burócrata?
En Ccoscco Ayllu, vemos a diario como se construyen dinteles de concreto sobre las portadas incas, como se edifican hoteles arrasando hermosos muros, mientras que en Araccama, los muros de adobe son destruidos o cubiertos por bloquetas de cemento.


Ya es tiempo de terminar con la incuria de nuestras autoridades y que no se siga destruyendo Ollantaytambo, el Cusco y tantos otros monumentos como el Molino de Acomayo, donde las pinturas de Tadeo Escalante estan en camino a desaparecer.

Nunca será suficiente la inversión que se realice en proteger el patrimonio cultural y si hay que poner guardianes las 24 horas del día, debemos hacerlo. No será gasto, será inversión que nuestros descendientes lo agradezcan.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

El quechua "muere de vergüenza"

Este es un pase de nuestro wayki Claudio Usandivares

Por Javier Otazu - EFE Reportajes, 05/11/2010

El quechua pierde terreno en su propia casa. La lengua más hablada de América tras el español, pierde hablantes en Perú.

Pese a que se publique más que nunca, el gobierno lo enseñe en escuelas públicas y sea ahora posible encontrar una oferta de academias que enseñan esta lengua andina el quechua muere de vergüenza. Sus propios hablantes bajan la voz para admitir que conocen el idioma de los incas, y los niños se mofan de quienes no saben expresarse en castellano.

A lo largo del siglo XX el porcentaje de quechuahablantes no ha dejado de reducirse, y el último censo de 2007 solo el 13,2 por ciento de la población confesaba tener el quechua como primera lengua de comunicación.

El quechua se habla en Ecuador, Bolivia, Colombia, Argentina y Chile, pero es en Perú donde se concentra la mayor parte de sus usuarios (entre tres y cuatro millones), localizados en las regiones montañosas del centro y el sur del país, que también son las más pobres.

Quechua para expandir la religión

Fue la lengua que utilizaron los Incas para unificar su imperio, y la Iglesia Católica lo comprendió de inmediato: en su tarea evangelizadora, adoptó el quechua para expandir la religión y se debe a los curas católicos la publicación de los primeros diccionarios y gramáticas en esa lengua.

El declive del quechua comienza con la rebelión indigenista de Tupac Amaru, sofocada en 1781: tras aquella fecha, la Corona española comienza a reprimir al quechua, y las nuevas elites criollas, muy hispanizadas, no hacen mucho por mejorar el estatus de la lengua autóctona.

"Hay muy poca autoestima: el que habla quechua se avergüenza y cree que es mejor hablar castellano. Las muchachas llegadas a Lima de la montaña reniegan de su idioma", explica Demetrio Tupac Yupanqui, una autoridad reconocida en la preservación del quechua, tras dedicar toda una vida (y tiene más de ochenta años) a luchar por ella.

Marcial Mamani, un obrero de la construcción, tiene 37 años y es de los que no se avergüenza, pero cuenta su experiencia con sus hijos: "Yo les enseño a mis niños y me dicen: no me hables como los abuelos. No quieren aprender quechua, dicen que en la escuela se ríen de ellos".

Marcial vive y trabaja en Coparaque, un pueblito del Valle del Colca donde el quechua ha sido la lengua vehicular durante siglos pero se aprecia la fractura generacional: los ancianos hablan en quechua, los adultos alternan quechua y castellano y los niños que juegan en las calles ya no quieren hablar sino en español.

El Valle del Colca, donde llegan más de 100.000 turistas anuales, ha sabido mantener muchas de sus tradiciones en música o indumentarias, pero va perdiendo su lengua, y ni siquiera la Iglesia Católica, antaño gran difusora de esta lengua, ofrece ya sus misas en la lengua autóctona.


Las élites respetan el quechua

En Cabanaconde, una de las dos poblaciones principales del valle, el párroco es argentino, y solo cuando va a confesar a las viejitas solicita los servicios de un traductor quechua-castellano, como nos cuenta con orgullo el Hermano Néstor, que es quien escucha y traduce los secretos de las ancianas.

Podría decirse, paradójicamente, que el quechua gana respeto entre las elites que nunca lo hablaron, como quedó de manifiesto con la película peruana "La teta asustada", ganadora del Oso de Oro en el Festival de Cine de Berlín y hablada en quechua y castellano.

Pero su protagonista, Magaly Solier, también cantante en la lengua andina, confesó que ella fue educada en castellano, y solo su empeño por aprender a cantar los "huaynos" andinos hizo que su madre aceptara enseñarle también el quechua.

Tupac Yupanqui ha tenido entre sus alumnos a Eliane Karp, esposa del ex presidente Alejandro Toledo, a la hija de Alberto Fujimori o al ex alcalde de Lima Alfonso Barrantes, pero lamenta que el pueblo quechuahablante padezca de "muy baja autoestima".

El anciano ha traducido al quechua el Quijote, y ahora está enfrascado en un Tratado de Neuropsiquiatría encargado por una universidad estadounidense "para entender a los loquitos andinos" -bromea-, pero la realidad es que nadie consigue un trabajo si no domina el castellano.

El gobierno peruano ha hecho a su modo los deberes: ha capacitado con distintos cursos de lengua a funcionarios del ministerio de Justicia, de Agricultura o de la Mujer que vayan a servir en zonas andinas, al tiempo que ha implementado un programa de Educación Bilingüe Intercultural que enseña su lengua a más de 235.000 niños en la enseñanza primaria.

El director de este programa se llama Modesto Gálvez, quien reconoce que hay un movimiento incipiente entre las elites culturales para perder lo que él llama "la vergüenza lingüística", pero nada puede hacer contra la presión histórica, social, política y económica de la sociedad para castellanizar.

"El castellano tiene más prestigio social, es la lengua de la gente culta, y esto lleva a la marginación y exclusión de quien no lo habla bien", sostiene.

Es cierto que la cultura de las montañas peruanas ha invadido los "conos" (barrios periféricos) de Lima y ciertas fiestas y símbolos andinos están ahora presentes en la vida urbana, pero ello no ha ido acompañado por un resurgir de la lengua.

Modesto Gálvez lo resume de manera muy gráfica: "El quechua ha ido retrocediendo sin parar: primero de la calle a la casa, y después de la casa a la cocina".


Tomado de : http://noticias.latam.msn.com/pe/peru/articulo_efe.aspx?cp-documentid=26187327

domingo, 7 de noviembre de 2010

El Cholo Nieto en sus 100 años


Continuando con nuestro homenaje a los 100 años del poeta Luis Nieto Miranda, reproducimos la nota de Federico Garcia Hurtado publicada en el número 104 de la Revista Parlante--------------------------------------------------------------------------------


Recordando el centenario del nacimiento del poeta cusqueño Luis Nieto Miranda, Parlante publica esta evocación escrita por el cineasta Federico García Hurtado, realizador, entre otras películas, de Túpac Amaru. Este artículo formará parte del libro Ayataki: Canción de los muertos, escrito en coautoría con Pilar Roca y que verá la luz el próximo mes de noviembre.

Siempre he sostenido que un poeta pertenece a la estación más alta de la condición humana. Él es capaz de observar el pasado con ojos de iluminado, sentir la fuerza raigal que nutre las generaciones. El otea el porvenir e intuye las rutas por donde caminarán los pueblos para cumplir sus grandes ciclos. En tal sentido, un poeta es un augur y también un vidente. Es el representante cabal de un pueblo y expresa su tiempo y su generación con mayor plenitud que un gobernante. Un político es transitorio, naturalmente con excepciones; un poeta, si es verdaderamente un poeta, alcanza la eternidad en la memoria colectiva de las naciones. Si no fuera por Homero, poco sabríamos de la historia primitiva de Grecia, es decir, de la cuna misma de Occidente. Sin los «harawis» que han sobrevivido a la catástrofe y que la gente repite en la intimidad de sus recuerdos, tendríamos poca o ninguna percepción de la textura real e inmaterial de nuestro pueblo. Los poetas son, pues, necesarios para que la humanidad permanezca, para que la diferencia que nos hace distintos, perteneciendo todos a la especie humana, sea perceptible y haga que unos y otros tengamos una memoria diferenciada. Los poetas son rostro y memoria de la gente.

El «Cholo» Luis Nieto Miranda perteneció a la mayor escala de la condición humana. Era un poeta nato, un poeta más allá de los poemas y los libros. Su presencia llenaba con mucho el panorama cabal de su ciudad. Él era el alter ego del «Qosqo». No se podía concebir la ciudad abuela de América sin aquel rostro tallado en piedra viva, aquella melena flameante, aquel andar cansino como de viento cordillerano que transitaba por las calles de la ciudad. Gran parte del siglo XX -su siglo- fue llenada por este hombre que encarnó, como pocos, la grandeza y la eternidad de su tierra. Y no creáis que estas palabras sean retórica vacua dictada por el afecto. ¡No! Cualquiera que lo haya conocido, quien haya disfrutado de su charla erudita, de su bonhomía, del cálido solaz de su biblioteca, del café caliente o el caldo de cabeza, servido por Bertha en la intimidad de su hogar, dará fe de lo que afirmo. Ir al «Qosqo» sin ver al «Cholo» Nieto era como visitar sus monumentos, ir a Qenqo o Saqsaywaman, sin palpar el alma de las piedras. Fue el indispensable anfitrión de hombres notables como Pablo Neruda, José María Arguedas o el negro Nicolás Guillén, sólo entre los que traté al cuidado de su amistad, o gentes sencillas y anónimas que deseaban aproximarse a su leyenda.

Nieto nació en Sicuani, en 1910. Tendría, de no haber ocurrido el desgraciado suceso que le arrancó la vida, 90 y tantos años de un glorioso transcurso. Todavía estaría compartiendo con sus «Cholos del alba», como solía decirnos, un vaso fraterno de cerveza en «La noche» de Barranco o en la calidez de su refugio limeño. Era grato adentrarse en el laberinto de sus recuerdos, en la evocación de sucesos notables, guiados por su mano generosa y su verbo cautivante. Era un conversador nato, aunque los sucesos que narraba y que parecía materializar con la magia de su gesto o el tono de su voz muchas veces fueran más producto de su imaginación desbocada que retratos fieles de la realidad. Recuerdo, por ejemplo, una noche de tragos largos y espadas cortas que pasamos en la hoy famosa «Catacumba» del «Ciego» Alfonso Guevara, en la ciudad del Cusco. Alucinados por la evocación del «Cholo», a quien escuchábamos con religioso silencio, casi nos tragamos el cuento de que la «Monja alférez» estaba enterrada allí mismo, de pie, como José Santos Chocano en un metro de tierra del cementerio Presbítero Maestro. Tardamos en darnos cuenta de que aquel personaje y aquella circunstancia no eran otra cosa que otro desborde de su imaginación.

Cuando lo conocí, el «Cholo» Nieto vivía en la calle Nueva Alta 500, casona de propiedad de los Rosas, antigua familia que había convertido el extenso solar en una suerte de amable condominio. Era un conjunto de casitas de una planta, amplias habitaciones, patio empedrado y añosos árboles de «kishwar» en el terraplén posterior, donde los muchachos nos divertíamos buscando «tejas» e idolillos de barro que denunciaban su abolengo incásico. Compartía el complejo habitacional, precursor de los muchos que se hicieron después, con los Arce, los Paliza, y los propios herederos del fundador en el patio principal.

El «Cholo» era por entonces Director del Departamento de Proyección Social de la Universidad San Antonio de Abad y yo, apenas un adolescente que trataba de componer sonetos y versos clásicos sin tener todavía el oído afinado para sentir la cadencia del metro y la pulsión de la rima. Habíamos formado, con otros jóvenes igualmente incinerados por el fuego de la poesía, el Ateneo literario «Carlos Augusto Salaverry» y nos reuníamos en el salón del hoy notable historiador cusqueño José Tamayo Herrera. Allí, con sendos tragos de mandarina que destilaba el dueño de casa en su fundo Tarabamba, los fines de semana dábamos lectura a nuestros versos y composiciones, con el declarado propósito de «pasar a la inmortalidad a bajo costo», como solía decirnos -entre broma y veras- el «Cholo» Nieto, eterno juez de nuestros acertijos.

Muchas vocaciones cuajaron a su sombra; los más no soportaron el obligado ejercicio de conocer la técnica para luego marchar por cuenta propia en el fácil derrotero del verso libre. El maestro no se cansaba de repetir que para ser poeta de verdad, no un simple componedor de versos, era preciso conocer la técnica, frecuentar el tropo y la metáfora, leer a los clásicos. «Si no eres capaz de componer un soneto -nos decía- es mejor que te dediques a otra cosa. Primero aprende la técnica, afina tu oído a la música de las palabras, procura contar las sílabas de memoria, antes que te pongas a escribir poesía de verdad. Hay que dominar el oficio, el arte de versificar, condición imprescindible para entender el oculto significado de la poesía». Muchos pensaban que eso de las reglas y el oficio era más bien un obstáculo para aherrojar la expresión, una suerte de camisa de fuerza. Bueno, pues, aquellos poetas en ciernes que criticaban esa manera de aproximarse a la poesía, hoy son notables juristas, buenos historiadores, y hasta presidentes de la República, pero han extraviado el camino de la gaya ciencia.

El «Cholo» Nieto ya era un hombre célebre cuando lo conocí. Diré más bien «lo traté» porque ya lo conocía en persona, pues frecuentábamos la casa de su vecino, el también inolvidable patriarca de familia, mi tío Justo Paliza Luna. Con mis primos lo mirábamos de lejos, sin atrevernos a importunar su andar pausado, cuando salía de su casa con su atado de libros bajo el brazo, camino de la Universidad. Sabíamos que era un «poeta», es decir, un hombre singular, autor de las letras del «Himno al Cusco» que solíamos cantar a toda voz en las paradas del colegio. Su fama de «wirataka», como se moteja a los comunistas en el Cusco, había traspasado la imaginación de quienes suponían a los cofrades de tan extraño culto poco menos que discípulos de Satanás. Luego se mudó a su casa de Mariscal Gamarra y yo comencé a frecuentarlo cuando ingresé a la universidad. Nos hicimos amigos rápidamente, tal vez porque intuyó que mi afición a la poesía no era gripe pasajera sino infección generalizada. Se daba el trabajo de leer mis primeras composiciones y sugerir cambios donde cojeaba el pie forzado o se tropezaba la rima. «Falta algo -me decía- esa no es la palabra, sigue buscando, tranquilízate. Haz de cuenta que vas de cacería y no encuentras el pato en la laguna, pero alista el arma, la presa aparecerá de un momento a otro, sin que la sientas, entonces afirma el pulso y dispara. En realidad un poeta no es más que un cazador de palabras» Producto de aquellas lecciones fue mi primer libro: «Lágrima blanca», que él tuvo la generosidad de patrocinar y que al salir de la imprenta festejamos como si aquel olvidado y escurridizo poemario hubiera sido el acta bautismal de un verdadero poeta.

Cuando mataron al «Cholo» yo estaba en La Habana y no me enteré del horrendo crimen sino tres meses después por casualidad. Una amiga común que había llegado del Perú me dio la noticia. Sentí realmente que había perdido un amigo, casi un padre. No pude contener el sentimiento de frustración, de cólera, que la noticia me produjo. Ambos evocamos los días luminosos de nuestra juventud, cuando el «Cholo» conmovía la ciudad con sus arengas, pues era un orador formidable, llamando a las masas a combatir, a incendiar las praderas y convertir los Andes en la Sierra Maestra de América. Repetí con la voz quebrada uno de sus poemas premonitorios que me gustaba especialmente. Aquel «Orden del día para cuando me muera», que me había encargado recitar al pie de su féretro. Yo estaba ausente cuando aquello sucedió, por mano infame que no ha sido engrilletada hasta hoy, y no pude cumplir el encargo. Repetí, pues, aquellas estrofas de memoria, con el llanto atascado en mi garganta, imaginando el vendaval de cóndores que -según él- suelen escoltar el cadáver de los poetas:

«El día que yo muera

nada de llantos, gritos ni lamentos:

un fusil centinela;

las mujeres que me amaron

hagan guardia de guerra,

que un huracán de cóndores guerreros

escolten mis canciones y banderas.

Cuando un poeta muere, amigos,

nada de llantos, nada:

Puños en alto sobre las cabezas»


Muchos, sobre todo los críticos eruditos que no conciben literatura más allá de los títulos que producen las grandes editoriales, aquellas que alimentan con sus dólares las secciones culturales de sus periódicos, han mezquinado a Nieto su calidad de poeta. Reprochan su «verbosidad» entre comillas, su falta de sindéresis, su retórica y su manera de utilizar el idioma con giros barrocos y hasta churriguerescos. Otros sancionan la eufonía del «Romancero cholo» como una suerte de aproximación desmañada a García Lorca. En el fondo no critican al poeta sino al hombre. A ese gigante a cuya sombra medraron tantas medianías. No le perdonan la materia humana de su poesía, aquella que cantó a Mariátegui, pero también a la mujer amada, a la chola de polleras encendidas cuyos muslos se escapaban de sus manos como peces en el agua. Un poeta no es sólo un componedor de versos, es una actitud, un desafío permanente, una solitaria columna de rocío, como dijo alguna vez en acertada metáfora. ¿Qué plumífero engalanado por la crítica puede alcanzar las alturas a las que llegó este poeta singular, dando ejemplo de consecuencia y viviendo siempre al borde de la quimera, como un pastor solitario en los apriscos cordilleranos? ¿Cómo negar validez a poemas tan notables como éste que repiten los jóvenes de mi tierra al oído tierno de sus primeras oyentes?:

Amor como mis sueños, mujer, ternura mía,
yo te llevo en la luz torrencial de mis versos
te siento en el remoto corazón de mis dichas
y en esta mi cosecha de trigo y de luceros.

Amo tu condición de paloma y guitarra
tu estatura de lirio, de sol y de bandera
mi corazón comprende tu presencia de lágrima
y tu desdén antiguo de lámpara viajera.

Con el poeta Nieto compartimos muchos años de combate y poesía. Amigos comunes como el inolvidable maestro Rafael Aguilar, el entrañable Guillermo Ugarte Chamorro , obligado anfitrión de sus continuas visitas a Lima, fueron testigos de su permanente vigilia en busca de un libro extraviado, de un artículo escrito por alguien y que le pareció especialmente notable. En la biblioteca del Teatro Universitario de San Marcos, que Guillermo levantó libro a libro, como si fueran los ladrillos de un gran edificio, hoy destruido, el poeta Nieto pasaba horas de horas, lupa en mano, siguiendo algún leve rastro con pasión de iluminado. Le obsesionaban en particular las páginas perdidas de Narciso Aréstegui, que él suponía extraviadas en aquella ruma de libros que «Guillermito» tenía catalogados sabe Dios por qué desconocido bibliotecario. Siempre pensé que ese afán de investigar viejos infolios no era más que un pretexto para hablar de personajes y gozar de la facundia y los excesos verbales del poeta sicuaneño.

Pocos valoran también la contribución del «Cholo» Nieto a la difusión y conocimiento de los autores cusqueños. Con su propio peculio se dio a la tarea de promover dos memorables festivales del libro, a la manera que Manuel Scorza lo hizo en Lima. Así salieron del rincón erudito y llegaron al lector común y corriente, títulos de la mejor poesía y novelística del Cusco. Los viejos y los nuevos, aquellos que hubieran extraviado sus voces para siempre, de no ser por el empeño de este hombre singular que vivía a la caza de pasos perdidos de la literatura. Grandes poetas como Alberto Delgado, Raúl Brozovich, Gustavo Pérez Ocampo, el propio Rafael Aguilar, y los de mi generación, hallamos cobijo en sus generosas páginas.

Concluyo esta evocación, feble y adecuada sólo para un acto de homenaje, con los versos del poeta Hernán Velarde, recientemente desaparecido que, en un arranque de inspiración y afecto, escribió este memorable dístico:

Quisiera que te mueras, Cholo Nieto,
para saber al fin cómo se llora de veras.

sábado, 6 de noviembre de 2010

YALE Y MACHU PICCHU

Yale debe devolver las piezas que Bingham se llevó con fines de estudio. El Perú debe lograr su retorno, por el simple hecho que nos pertenecen y no debemos bajar la guardia por dignidad.

El wayki Claudio Usandivares, gran defensor de nuestro patrimonio, nos hace llegar la siguiente caricatura de la pluma de Carlin.

martes, 2 de noviembre de 2010

Contacto de Lenguas y Castellano Andino

Julio César Chalco


El contacto entre lenguas (1) está presente en casi todos los contextos históricos de la humanidad desde la aparición del lenguaje oral. De modo que es lógico pensar que este contacto haya jugado un papel determinante en la evolución lingüística de todas las lenguas (Appel-Muysken, 1996). Partiendo del principio de Jespersen (2007[1922]: 208) de que “ninguna lengua está enteramente libre de palabras prestadas, porque nación alguna ha estado completamente aislada” podemos decir no existe lengua alguna que no haya interaccionado con las de su alrededor. Por ejemplo el contacto entre las lenguas germánicas y el latín vulgar dio lugar al nacimiento de lo que hoy conocemos como lenguas romances.

La aparición de estas nuevas lenguas fue el resultado de diferentes factores socio-históricos concretos: Por una parte las invasiones(2) de territorios determinados para provocar la pérdida de lenguas (sustrato lingüístico (3)) a favor de una lengua conquistadora (superestrato lingüístico). Y por otra, la convivencia mutua de dos o más etnias, o la vecindad de dos lenguas y culturas (adstrato lingüístico). Creemos firmemente que las invasiones romanas en la península ibérica, la ocupación de las islas Británicas por los anglos en el siglo V, la invasión española de América en el siglo XV, las violentas colonizaciones inglesas en la India o la conquista y expansión del imperio Inca en América (por citar algunos ejemplos) jugaron un papel preponderante en este proceso. Lo que supuso a la larga un desequilibrio que “repercute sobre los comportamientos bilingües: los que hablan la lengua dominante tienen menos interés o necesidad de aprender la otra lengua que los que hablan la lengua débil” (Siguan, 2003: 17) lo cual no deja de ser real y actual.

Los factores extralingüísticos como la cultura, economía y la política hacen que las lenguas en contacto asuman estatus dispares o idénticos. De ambos casos el más común es el que una lengua asuma un papel dominante en detrimento de la otra lo que supone una relación diglósica. También se da el caso en que la lengua dominada o sometida influya en la dominante, situación a la cual se llamaría influencia recíproca (Zamora, 1977) pero con una clara relación de dominación de la lengua de prestigio, por ejemplo el caso del la variedad Castellano Andino en el Perú que está muy influenciada por la gramática quechua.

La invasión española de América en 1492 produjo una serie de consecuencias que marcaron el rumbo de la historia de todos los países que fueron colonias suyas. El encuentro entre ambas culturas representó también el encuentro de varias lenguas y posteriormente el sometimiento de unas a favor de la otra. El proceso de transculturación que inició la corona española en favor de la lengua castellana significó la inevitable desaparición de muchas lenguas vernáculas que convivían con el quechua. Este proceso se produjo con mayor rapidez en la zona costera del país. El hecho de fundarse varias ciudades en la sierra significó una forma de estrategia para poder extender los dominios de la lengua castellana y la evangelización de los indígenas, pero la realidad mostraba lo contrario. El estrepitoso fracaso de dicha estrategia motivó la vuelta al uso de las lenguas vernaculares. Todo ello causó inevitablemente el nacimiento del castellano andino.

El término Castellano Andino fue acuñado por el lingüista peruano Rodolfo Cerrón Palomino en su libro homónimo. En el texto Cerrón Palomino (2003) manifiesta que la situación diglósica se dio debido a situaciones históricas relativamente excepcionales, empezando por la invasión española que implícitamente trajo consigo una política lingüística que no estaba dispuesta a respetar a la lengua de los invadidos. El aprendizaje de la nueva lengua implicó nuevas formas de discriminación y dominación que duran hasta nuestros días.

Para Cerrón Palomino el Castellano Andino es la variedad del castellano más extendida de nuestro país, que tiene como origen histórico y psicolingüístico el contacto del español con las lenguas originarias de esta región, principalmente el quechua y el aimara. Pero no solo está extendido en el Perú, como una suerte de coincidencia con los territorios que ocupan el quechua y el aimara, también podemos hallarlo en estas mismas regiones, desde el Ecuador pasando las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile. Si bien su base es mayoritariamente castellana, recibe un gran influjo de estas lenguas particularmente en la zona rural y urbana marginal como es el caso de la zona sur andina del Perú.

Hoy en día, el castellano andino es la mayor variedad adquisicional del castellano que se habla en Sudamérica y ya nadie puede negarlo.

(1) En 1953 Uriel Weinreich publica Languajes in contact donde sentó las bases del estudio del bilingüismo individual y algunos conceptos como contacto, interferencia, interacción o calco.

(2) Algunos prefieren llamarlas “conquistas”.

(3) El libro de Frederick Jungermann (1956) Teoría del sustrato y los dialectos hispano-romances y gascones. Madrid: Gredos, es un muy ilustrativo para explicar estas cuestiones



Bibliografía

Appel, R. y Muysken, P. (1996). Bilingüismo y contacto de lenguas. Barcelona: Ariel.
Cerrón Palomino, R. (2003). Castellano Andino. Aspectos sociolingüísticos, pedagógicos y gramaticales. Lima: PUCP
Siguan, M. (2003). Bilingüismo y lenguas en contacto. Madrid: Alianza.
Zamora, J. C. (1977) “Interferencia recíproca: receptividad y productividad”. En Word XXVIII, pp. 132-138.

martes, 26 de octubre de 2010

Alma alga


Los últimos dias de setiembre, se presentó en Lima el libro de cuentos Alma alga de la galardonada Karina Pacheco Medrano, una de nuestras escritoras con un gran presente y un mejor futuro.


En la web chilena Proyecto Patrimonio (Letras.s5.com) se publicó el texto leido por uno de los presentadores, Gabriel Ruiz Ortega. Este texto tambien se puede encontra en su blogg La fortaleza de la soledad.


En estos dos últimos años he venido leyendo con atención la producción narrativa de las narradoras peruanas que han venido apareciendo durante la década. Al momento de leer estas líneas, no tengo la más mínima duda de que Karina Pacheco Medrano vendría a ser una de sus más altas representantes.

A lo mejor, el público asistente a los saraos literarios, como el de esta noche, piense que estamos en la presentación del primer libro de Karina. No es así.
Para los que aún no lo saben, Karina Pacheco es autora de tres novelas, publicadas a vertiginoso ritmo entre el 2006 y 2010. Tanto LA VOLUNTAD DEL MOLLE, NO OLVIDES NUESTROS NOMBRES y LA SANGRE, EL POLVO, LA NIEVE gozaron del justo saludo de la crítica. Y no suficiente con ello, vendrían a ser más que envidiables cartas de presentación para cualquier escritor.

Estos títulos son la muestra de la destreza y oficio literario de una narradora consagrada a la creación, que ve en la escritura un fin en sí misma, en una suerte de pulsión por justificarse ante la vida por medio de ella, “pequeño” e indefectiblemente gran detalle de los verdaderos buscadores y contadores de historias. Puesto que por sobre todas las cosas, tendríamos que definir literariamente a Karina como una genuina contadora de tramas, preocupada también por una sugerente elasticidad en cuanto a su estilo.

Bien lo declaró el eximio narrador norteamericano Tobias Wolff: “a los contadores de historias los conoces en los terrenos de las distancias cortas. Por ejemplo, en las carreras de los 100 metros planos, debes saber desplazarte en los adecuados límites, tener una estrategia y respetar sus leyes, de hacerlo así, lo puedes todo”.
Entonces, qué mejor muestra de la poética de Karina Pacheco, en cuanto a las distancias cortas, que ALGA ALMA (Borrador Editores, 2010), su primer libro de cuentos en el que la autora atomiza las virtudes leídas en sus tres novelas anteriores.

Cuando me preguntan qué es lo que busco en un libro de cuentos, o en su defecto qué es lo espero de estos, mi respuesta casi siempre ha sido la misma: que tengan el poder de cambiarme la perspectiva de la vida. Sabemos que los cuentos, por su cercanía a la poesía en relación a su estructura de relojería y síntesis de sensibilidad, obedecen a leyes tan estrictas, que el hecho de toparnos con un relato logrado en un cuentario no es más que la justificación de la publicación del mismo. Hoy en día se publican demasiados libros de cuentos, y es menester decirlo sin faltar a la verdad: muchos de estos se caen por débiles a la primera lectura. Este no es el caso de ALMA ALGA, que tranquilamente puede ufanarse de exhibir una estimable media de calidad en sus doce títulos, teniendo a cuatro de ellos en un nivel francamente superlativo, llamados a ser para la autora insignias, o sino a ser requeridos para cuanta antología que se respete como tal.

No es el lugar ni el momento para exponer las virtudes de cada uno de los relatos, sin embargo, quiero detenerme en dos de ellos, que bien podrían graficar lo que en líneas anteriores señalé sobre los límites de las distancias cortas y su síntesis de sensibilidad.

En el relato que titula el volumen, “Alma alga”, tenemos a la Karina novelista que lucha con una especie de torrente ventral por controlar el motivo del mismo. Si en estos momentos entre los presentes se encuentra algún narrador de novelas, sabrá bien a lo que me refiero al mencionar el torrente ventral, característica muy detectada en los que se solazan en las parcelas de las distancias largas. Este cuento, a mi parecer, es una novela encapsulada, que nos presenta una historia de amor y pasión, nutrida de los elementos míticos y de las utopías a alcanzar por medio del arte y la recreación. No es, en ningún sentido, una novela corta disfrazada de cuento. Es un cuento que no solo cumple con las difíciles leyes del género, sino también uno que exuda un poder de sugerencia que nos lleva a ser uno con la transparencia engañosa del agua, con el ardor de las rocas y la complicidad hacia quienes nos motivan abrazar una segunda oportunidad de vivir, sin importar los peligros paralelos y directos que conllevan acoplarse a la siempre gratificante, y no menos tanática, irracionalidad del amor. Indudablemente, se trata de un cuento que le debe muchísimo a la asesoría del tiempo, se tiene que haber vivido mucho, leído mucho y por ende escrito mucho para escribir un relato de esta magnitud.

El otro cuento es totalmente distinto al que acabo de señalar. Es uno que se place de una sensibilidad poética que me hizo recordar mucho a los versos de la poeta española Ana María Rossetti. Pueda que lleve un título engañoso, que nos haga pensar en alguna anécdota policial. “Crimen perfecto” es para mí un largo poema intencionadamente arropado con los recursos de la narrativa. En él nos topamos con una crónica sentimental en rojo, que se vale de un lirismo seco, casi parco, siendo este el único modo para la autora de presentarnos la historia de una frustración pasional, en donde los fines por lograr el amor se ven traicionados por lo que tanto el protagonista desea deshacerse. A medida que lo releo me veo en la obligación, literariamente moral, de destinar a “Crimen perfecto” entre los más destacado que pueda haberse escrito en el “cuento corto” en Perú.

Por otra parte, ahora que se habla hasta por los codos de las diferencias entre la literatura escrita por hombres y mujeres, sería pues de un error y horror mayúsculo intentar catalogar a la autora dentro de una desfasada vertiente feminista. Sé que podría sonar gratuita la referencia, pero si hay pocas cosas de las que puedo estar seguro es que cuando la literatura es de alta calidad, no importa nada quién sea el hacedor de turno, sea hombre o mujer. Felizmente, la verdadera literatura está muy pero muy por encima de esas taxonomías que poco o nada aportan al debate. Por ello, puede colegirse que el conjunto de cuentos de ALMA ALGA no solo es narrativa de verdad, sino también de un altísimo valor artístico, que no nos muestra a Karina Pacheco Medrano como una promesa a no perder la pista, sino que nos confirma a una narradora en completo dominio de su axiomático talento literario.

Muchas gracias

viernes, 22 de octubre de 2010

El cholo Nieto en sus 100 años


El mejor homenaje que se le puede dar a un poeta, es el de difundir su obra y es lo que se està haciendo con nuestro Luis Nieto Miranda, el Cholo Nieto.

La Revista Sieteculebras en su nùmero 28, correspondiente a los meses de Julio-Setiembre del presente año, nos presenta un estudio de Mario Pantoja, titulado "Luis Nieto:Un poeta de cantos y batallas". En esta nota, Pantoja nos dice: "al publicar Charango refleja interesantes cambios en su imaginaciòn creadora y en la intimidad de su pensamiento:juega con el color local, expresa los motivos regionales, deja luces de su inspiraciòn y sabe expresar el erotismo -metàfora de la sexualidad- con temperatura tropical, siguiendo meritoriamente la lecciòn del autor de Romancero Gitano, el español Federico Garcia Lorca"

Justamente la Municipalidad del Cusco, con ocasiòn de este centenario, ha publicado una nueva ediciòn de Charango (Romancero Cholo), cuya primera ediciòn viò a luz allà en el lejano 1942 por obra del Instituto Americano de Arte y luego fue reeditado por el Ministerio de Educaciòn en 1945.

Romance de canto y pena

A Esther

Bajo un cielo de campanas
caminas sobre amapolas,
entre un incendio de estrellas
y un viento de mariposas.

Al dulce canto del alba
una lluvia de corolas
va alfombrando tu camino
vigilado de palomas.

Desde un silencio de lirios
te estàn llamando las violas.
(Se encendieron las guitarras
al canto de las alondras).

Junto a tu cuerpo encendido
las brisas bailan y lloran.
En tus cabellos dormidos
estàn charlando las sombras.

Un cielo de golondrinas
en tus pestañas retoza.
Hay un zorzal en mi pecho
que te llama a toda hora.

----

Serà mejor que me quieras
antes que mueran mis rosas.
Ya està el otoño en mi huerto
dorando las verdes hojas.

Este amor es sin remedio
como la pena que llora.
¡Amor que sufre y que canta,
amor que rìe y solloza!

domingo, 17 de octubre de 2010

Escritos Mitimaes. Hacia una poética andina posmoderna de Fredy Amilcar Roncalla


Por Blas Puente Baldoceda
Associate Profesor
Northern Kentucky University


Estos escritos están a horcajadas entre la creación poética y la crítica ideológica de la cultura cuyo productor es un inmigrante que habita en una gran urbe norteamericana, Nueva York. Dentro del contexto de la globalización en el cual evoluciona la dinámica de las migraciones, el autor, exilado voluntariamente en este país por más de dos décadas, desenmascara ideológicamente eventos trascendentales para el Occidente como, por ejemplo, el llamado descubrimiento del Nuevo Mundo por Cristóbal Colón, o Machupiqchu por Hiram Bingham, de manera que la otredad postulada por el euro centrismo o el imperio norteamericano se revierte: es decir, ellos son los otros a quienes descubrimos; nosotros, no somos meramente objetos sino que poseemos nuestra subjetividad.

Por otro lado, la teoría postcolonial es puesta en tela de juicio ya que desde los centros de la academia norteamericana o europea, en las metrópolis los intelectuales se limitan a un esclarecimiento de carácter externo, con cierto sesgo reivindicativo, sin promover en la praxis una transformación de la realidad considerada periférica. Más aún: el autor reclama que creación de una teoría postcolonial desde la periferia, con categorías cognitivas de una epistemología nativa, como producto de la infatigable creación de un imaginario, por parte de productores intelectuales tercamente encandilados por Aristóteles y Descartes, padres del racionalismo de occidente.

Además, el autor desenmascara ideológicamente a los intelectuales y creadores que se forjaron en los movimientos estéticos del vanguardismo y modernismo, Vargas Llosa y Octavio Paz, y que en años mozos creyeron en la revolución, pero que luego claudicaron vergonzosamente con el neoliberalismo de las transnacionales. Ahora bien, en el apreciativo placer estético que le produjo la oralidad limeña del estilo Briceño, el autor pudo bien haber detectado, asimismo, le ideología del paternalismo caritativo de la oligarquía con respecto a los indios, o el racismo solapado de sus personajes en otras novelas. O en su apreciación del jazz, la retórica del silencio se manifiesta en otras artes, aún en el hidden discourse de Guamán Poma de Ayala, que se adelantó a Hegel en cuanto a lo positivo que es latente en toda negatividad.

Otro de los cuestionamientos de Roncalla es la dicotomía de la escritura y la oralidad cuya confrontación sirve para explicar el proceso transculturador de la conquista y la colonización de las culturas nativas; en otras palabras, la convergencia del pensamiento racional europeo y el pensamiento mítico de las culturas nativas. ¿Pero, acaso, el sistema de signos y representación de la cerámica, la textilería, los quipus, etc., no eran acaso sistemas semióticos tan válidos como la escritura occidental? Como quiera que sea, de este proceso de hibridación emerge la escritura de los mestizos y los indios que, a través del uso de la retórica e historiografía renacentista, dejan filtrar sus respectivas ideologías bien de integración o rechazo de la cultura opresora con una sabia instrumentalización de sus propios sistemas escritúrales como el caso de Guamán Poma de Ayala y su retórica de la especialización de sus dibujos que cuestionan y rechazan la conquista y la colonia. Freddy Roncalla, su descendiente, es también un escribidor que pone en juego la diagramación del espacio de la página en blanco para escribir poesía mediante el uso de tres lenguas simultáneamente (castellano, quechua, e inglés), una poesía que trasunta la comunión del hombre andino y la naturaleza y la convergencia del espacio y tiempo de la dialéctica andina que maneja diestramente en sus apasionadas reflexiones sobre la violencia que abruma a la humanidad

miércoles, 13 de octubre de 2010

Colaterales del Nobel


Reproducimos la columna Buen Romance, del sociólogo Carlos Reyna, publicado en el diario La República el dia miercoles 13.10.2010



Como lo ha dicho el escritor español Antonio Muñoz Molina, el premio Nobel a Mario Vargas Llosa está honrando más a los otorgantes que al ya ilustre premiado. Después de una obra tan reconocida, con tantos premios literarios y doctorados honoris causa por todas partes, la frase más oída ha sido “por fin”.

Para Vargas Llosa, el premio no añade mucho en términos de un prestigio que ya era universal. Sin embargo es evidente que, en lo íntimo, le hace bien como reconocimiento y estímulo para continuar una obra que aún dará nuevos frutos.

Para el Perú, en cambio, este premio es más importante que para el propio escritor. Con tan pocas victorias en todo orden de cosas, el país ya le puede decir al escritor: gracias, Mario, me subiste la moral. Sobre todo cuando apenas recibido el premio, aquél dijo “yo soy el Perú”.

Lo más importante, sin embargo, es que el Nobel a Vargas Llosa ya produjo una importante crecida en el interés por la literatura por muchos peruanos y peruanas, en especial de los más jóvenes. Muchos se harán lectores, y no pocos se animarán a crear, a imaginar y a escribir.

Otros escritores peruanos, los más grandes y los más jóvenes, también ganarán alguito con este reciente premio. Habrá más interés por la literatura peruana, ya sea aquí mismo, que es bueno, y también allende las fronteras, que es todavía mejor. Hay más efectos gratos derivados de este premio, pero todos se resumen en este: el Perú va a leer y escribir más, y va a ser más leído y mejor entendido, aquí y desde fuera.

Para que esos efectos no se disuelvan con el tiempo, y sean duraderos y profundos, habrá que hacer algo más que celebrar. En el contexto aparecen muchos desafíos que deben ser superados. Nuestra baja inversión pública, la pobre calidad en materia educativa, o el escaso aliento a la industria editorial.

Y todos tendríamos que recordar que “la vocación literaria nace del desacuerdo de un hombre con el mundo, de la intuición de deficiencias, vacíos y escorias a su alrededor. La literatura es una forma de insurrección permanente y ella no admite las camisas de fuerza”. Lo dijo el joven Vargas Llosa en 1967, al recibir el premio Rómulo Gallegos. Cambió de banderas políticas desde entonces, pero no de su idea sobre la literatura.

domingo, 10 de octubre de 2010

El Cholo Nieto en sus 100 años


El dia de hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Luis Nieto Miranda el poeta del Cusco.
Charanguito
(fragmento)

Charanguito, charanguito,
enamorado y cholero,
ponte tu chullo de trinos
y que comience el jaleo.

Suelta un puñado de risas,
charanguitoy caballero,
y haz que retoce y que cante
tu corazón pendenciero.

Poncho de lindos colores
como las luces del alba;
cómo te gustan las cholas,
charango de pinta brava.

Si te faltara una cuerda
para templar la tonada,
a la Antuca bandida
le robas una mirada.

Templado fino, muy fino,
no hay chola que te resista,
y te la robas de guapo
como buen contrabandista.

sábado, 2 de octubre de 2010

CAOS OLLANTINO


La ciudadela de Ollantaytambo, promocionada como: "La ciudad inca viviente", por el caos del tránsito vehicular, el desorden en las construcciones y la destrucción masiva de las edificaciones incas, se está convirtiendo en lo que llamamos "La ciudad inca agónica".

El periodista, Alvara Rocha, en su columna del semanario SOMOS ( sábado 2 de octubre), escribe sobre las debilidades de Machu Picchu y concluye:


"Otro sinsabor para el turista se da cuando -regresando de Machu
Picchu- desciende en la estación de Ollantaytambo para continuar viaje terrestre
hacia el Cusco. Pero en sus pequeñas calles, los viajeros quedan
entrampados en un sancochado vehicular que desmerece el titulo de 'pueblo inca
original' de Ollantaytambo, al punto que cada vez se ven más lejanos esos
tiempos del Tahuantinsuyo y se parece más -por el tráfico y los cláxones- a la
avenida Abancay en hora punta
."

Lo que manifiesta es lo que, en parte, viene sucediendo en Ollantaytambo, vehículos pequeños y grandes, autos y camiones, siguen transitando por el centro del pueblo histórico, deteriorando la arquitectura y por supuesto el entorno del pueblo.

Una de las soluciones inmediatas, es reubicar la estación del tren. Esta debe estar ubicada en una zona amplia, donde los vehículos puedan estacionarse y maniobrar con facilidad y donde además se ofrezcan buenos servicios al visitante.

Sabemos que la propuesta no será facilmente aceptada por los ollantinos, pero es la única forma de preservar el patrimonio cultural.
Otro tema pendiente es el de la via de evitamiento. se debe tomar una decisión, en la que participen especialistas de primer nivel y hacer el proyecto aún si la rentabilidad económica inmediata sea nula. Una decisión que afectará a Ollantaytambo, no puede ser tomada sin un sustento técnico adecuado.

domingo, 26 de septiembre de 2010

COSTUMBRES…El verdadero espíritu de los peruanos


Uno de los aspectos más frágiles de la cultura es la que se denomina “cultura inmaterial”. Si no se registra adecuadamente, se pierde con el tiempo sin dejar rastros. La tradición se va transmitiendo oralmente entre las generaciones, sin embargo debido a los nuevos patrones culturales, la exclusión, la migración, el ingreso de la televisión, entre otros aspectos, en muchas comunidades la tradición oral se va perdiendo. Ya los nietos no escuchan a los ancianos contar historias de tiempos idos perdiéndose de esa manera una rica tradición cultural que ha sido acumulada a través de cientos de años.

Una de las labores del estado debe ser el de mantener y difundir las tradiciones y actualmente el medio mas idóneo es el de la televisión. Precisamente el programa Costumbres, que se difunde en el canal estatal cumple parcialmente dicha labor. Semanalmente emite programas grabados en los más recónditos lugares del país, donde se celebran diversas festividades, muchas de antigua data, como la fiesta del agua en la sierra central o las peregrinaciones en el norte. Lo valioso de este programa es que va a donde otros medios no llegan y documenta, no solo para los lugareños, sino para la posteridad parte del acervo cultural que tiene el país.

Sonaly Tuesta, una perspicaz periodista, ya cumplió 10 años en el aire con un programa que se hace con sencillez. Su nivel de aceptación es sumamente alto y no solo entre los migrantes, sino entre los citadinos de siempre que de esa manera conocen las diversas maneras como los pueblos se festejan. Entre los aspectos por los cuales tiene una gran aceptación, pensamos que están, el que los actores son la gente del pueblo, quienes muestran sus costumbres y tradiciones y que comparten con Sonaly, sus vivencias, su comida, su música y sus danzas. La conductora participa como uno mas de los actores de la fiesta, utiliza ese método de la antropología llamado observación participante. Esta y no esta en la fiesta, a pesar de sus cámaras pasa casi desapercibida, no tiene los disfuerzos de una diva y cuando tiene que brindar lo hace y si se trata de bailar, que empiece la música.

El patrimonio cultural inmaterial, ese que vemos pasar todos los días y al que no damos, muchas veces, ninguna importancia, es parte de nuestra identidad y son los comuneros de las mas diversas aldeas enclavadas en los andes, en los valles costeños o en lo profundo de la selva, quienes se imponen la obligación de mantenerlo y Costumbres, un programa de la marginal televisora estatal esta ayudando a preservarlo y registrarlo para el futuro.

sábado, 25 de septiembre de 2010

PASAPORTE PARA UN ARTISTA



En la versión XIII del Concurso Nacional de Artes Visuales “Pasaporte para un artista", organizado por la Alianza Francesa de Lima y la Embajada de Francia en el Peru, quedaron como finalistas los aristas cusqueños:

• Angie Valerie Velasco González
• Jorge Anibal Flores Nájar
• José Alfredo Velarde Mariscal

Quienes por la alta calidad de su trabajo, entre mas de 150 concursantes llegaron a estar entre los finalistas. Sus obras se estan exponiendo en el Centro Cultural de la PUCP

Felicitaciones!!!

martes, 21 de septiembre de 2010

Presentación de "Alma alga"



El próximo martes 28 de septiembre a las 7 pm. se presentara el libro de cuentos Alma alga, de Karina Pacheco Medrano, el cual ha sido publicado por Borrador Editores.

La cita es Jazz Zone: Pasaje del Suche (Av. La Paz 646) Miraflores. Lima.

Comentarán Alina Gadea y Gabriel Ruiz Ortega

Copiamos la nota que nos trae la contratapa:

Alma alga es un libro de cuentos, pero también es un cofre donde el lector encuentra objetos únicos: piedras sagradas que hablan desde la prehistoria; un sombrero que guarda el recuerdo del padre; ciudades y desiertos de sol ausente; una mujer que descubre la naturaleza del aliento en las noticias de la televisión; un violín cuya música despierta utopías; y también un grito: Agua, Volcán, Viento, Alma, Alga desde el fondo de un lago en el que sin querer ya nos hemos sumergido al momento de abrir este libro. Karina Pacheco Medrano nos ha preparado un lugar donde lo mítico y lo real se abrazan; donde la sensualidad, la nostalgia y la contemplación del otro son los ingredientes de un plato servido a través de las palabras.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

ISHMAEL RANDALL WEEKS

El artista ollantino Ishmael Randall, conjuntamente con una grupo de importantes artistas , viene exponiendo en la muestra "Greater New York", que quinquenalmente organiza el MoMA PS1 de Nueva York y el cual es considerado en centro de arte contemporaneo más importante de Estados Unidos. Su muestra ocupa todo una sala. Enhorabuena Ishmael!!!


Reproducimos la nota publicada por Sergio Rebaza en la revista Cosas Hombre




sábado, 11 de septiembre de 2010

El Cholo Nieto en sus 100 años

A sugerencia del gran Leo Casas Ballón, reproducimos una de las mas vibrantes creaciones de Luis Nieto, escrita en la colonia penal "El Sepa", donde el poeta fue encarcelado por su actividad política en favor de los desfavorecidos.

CARTA A MI MUJER DESDE EL INFIERNO DEL SEPA

Desde esta cárcel de lamentos,
llovida de terror por sus dos caras,
palpitante de anhelos y recuerdos,
mi corazón te envía esta su carta.

Quisiera que descubras las nostalgias
que la estremecen toda, grito a grito,
la queja acribillada de sus lágrimas,
las ascuas de su canto y su latido.

No es posible olvidar secretas ansías,
el manantial de mi sollozo herido.
te escribo amontonando mis desgracias,
con silencios del corazón te escribo.

Yo quisiera narrar mis desventuras,
mis horas de pavor y de martirio;
las furias del gendarme, las torturas
de la sangre abatida y su delirio.

Contarte de las llagas que nos queman,
de aquel dolor inédito que brama;
de las sombrías noches prisioneras,
del odio ciego que envilece y mata.

Narrarte tantas experiencias negras
que muerden, que asesinan, que degradan,
que caen en la sangre como piedras,
como fieros cuchillos que nos ladran.

Hablarte de la muerte y sus pendones,
de mis días crispados de blasfemias,
del yaraví que sangra en las prisiones
la ronda carcelera de sus penas.

Decirte, por ejemplo, como estalla
en nuestra condición de seres libres,
la presencia insolente de los guardias,
la mirada soez de sus fusiles.

Nos duele, nos da náuseas, nos irrita
el rancho que los perros ni olfatean;
y ese mandón que esgrime su inmundicia
cuya sola presencia nos subleva.

Me da rabia esto que te cuenta mi ira,
dan ganas de llorar a todo grito...
Pero no hay llanto aquí. sólo la espina
mantiene su furor ciego e invicto.

¡Nadie sabe llorar! Por eso nadie
derriba las compuertas de su llanto.
Todos tienen al tope su coraje
y en el mástil del día izan su canto!

Nueva fraternidad nos une a todos.
Una misma bandera nos inflama.
Y no olvides jamás: ¡No estamos solos!
¡El cariño del pueblo nos ampara!

Aquí estamos de pie nuevos labriegos,
crecidos de anatemas y furores,
construyendo el Perú de nuestros sueños,
la patria universal que aman los pobres.

Por todo esto, mujer:¡Nada de lágrimas!
ni de fúnebres gritos carceleros.
¡Que nuestra pena se convierta en balas
para los rifles de los guerrilleros!

Penal de "El Sepa", 1963

miércoles, 8 de septiembre de 2010

KARINA PACHECO MEDRANO


Hace unos días se dio a conocer un nuevo premio para el trabajo literario de Karina Pacheco Medrano. En esta oportunidad el jurado del Concurso Nacional de Novela Federico Villarreal, compuesto por Eduardo Hopkins Rodriguez, Ricardo Gonzales Vigil y Roberto Reyes Tarazona, declaró ganador a la novela CABEZA Y ORQUIDEAS, presentado con el seudónimo de SAQRA por Karina.

Los miembros del jurado, quienes son notables escritores peruanos, destacaron que la novela "sobresale por su estructura, plan y dosificación. Los personajes, de distinta extracción social y edad, se presentan con destreza, además critica con sutileza los entretelones del poder económico actual" .

Karina Pacheco es autora de: La voluntad del molle (2006), No olvides nuestros nombres (2009) y La sangre, el polvo, la nieve (2010), así como otros trabajos publicados en revistas y antologías, además de múltiples trabajos elaborados en su profesión de antropóloga. En unos días mas presentará un libro de cuentos editado por Borrador Editores.

El trabajo literario de Karina ha sido elogiado por diversos críticos, quienes señalan que su obra es cada vez mas consistente, se le considera entre los nuevos valores de la literatura peruana y "la mas prometedora narradora surgida en el siglo XXI".

Solo nos resta tocar un Repique y una diana en honor a Karina por su trabajo persistente e imaginativo, basado en una realidad algunas veces dura y triste. RRRRRRRR....

domingo, 29 de agosto de 2010

El Cholo Nieto en sus 100 años


Sicuani 1910 - Barranco 1997

Uno de los poetas que conocemos los cusqueños desde la niñez, que duda cabe, es el cholo Luis Nieto. Desde que somos infantes aprendemos a entonar el Himno al Cusco, cuyas letras pertenecen a este vate.

La primera vez que vi al cholo Nieto, fue en la plaza de armas del Cusco, una noche de abril cuando la figura majestuosa del Señor de los Temblores impartía su bendición al pueblo. El poeta conjuntamente con otros intelectuales se encontraba en medio de la plaza y escuche de labios de mi padre, “ese es el poeta Nieto”. Mas tarde pude relacionar al personaje con el autor del himno.

Años después conocí parte de su labor intelectual. Leí algunos de los pequeños libros por el editados a finales de los 50, en el llamado Festival de Libro Cusqueño y otros del Festival Sur Peruano. Los años 40 a 60 fueron los años donde el poeta Nieto animó la vida cultural cusqueña. Promovió publicaciones y grupos de jóvenes poetas; introdujo la lectura de creadores contemporáneos que revolucionaron el mundo cultural; reactivó la vida académica con la publicación de autores cusqueños y la antigua Revista Universitaria. Era el referente de la cultura cusqueña y todo intelectual que llegaba al Cusco buscaba a Nieto. Son sabrosas sus anécdotas, especialmente la de Neruda en la cima de Machu Picchu.

A la par de su labor poética, el cholo mantuvo a lo largo de su vida una posición política revolucionaria. Llegó al senado en Lima y ahí lo volví a ver con su infaltable boina, movilizándose en transporte público y, luego de su retiro, paseando por la plaza de Barranco, donde una tarde de primavera, tomé valor y me aproximé a saludarlo. Me comentó que venía trabajando en la reunión de sus trabajos literarios, dispersos en diarios y revistas, además recordó sus años en la docencia universitaria cusqueña. Comprobé que a pesar de los años, “el verbo tronante”, al que se refirió Marco Martos, seguía en vigencia.

Ahora que se cumplen los 100 años de su nacimiento, el mejor homenaje para el cholo, no será darle una u otra interpretación a su trabajo, sino leer su poesía hecha con pasión, fuerza y ternura.

Canción para los héroes del pueblo

Venid a ver a los hombres
que mataron los soldados.
Parece que aun sonríen
a la Libertad sus labios.


Venid a ver a los niños.
Un galope de caballos
rubricó sobre sus sienes
la maldición de sus cascos.

Venid a ver a los pobres
muertos de veinte balazos.
Hasta los mismos fusiles
les admiraban sonámbulos.

Y ved a los estudiantes
con sus ojos enlutados,
allí donde antes vivía
una población de pájaros.

Amaban la libertad
tal como la aman los bravos.
Para matarlos fue urgente
lo hicieran a cañonazos.

¡Venid a ver a los héroes!
¡Venid a verlos, hermanos!
Están aquí con sus pechos
de sangre condecorados.

Que formen guardia de guerra
brigadas de milicianos
y que sus tumbas vigilen
los volcanes milenarios.

Y en vez que cubran sus cuerpos
tristes banderas de llanto,
hagámosles un incendio
de himnos revolucionarios.

¡No han muerto! Contra los nuestros
nada pueden los disparos.
En el corazón del pueblo
ellos vivirán mil años.

¡Y ahora nada de lágrimas!
¡Puños y pechos blindados!
¡Y a pelear como leones
porque ellos no han muerto en vano!

(De Romancero del Pueblo en armas)




lunes, 23 de agosto de 2010

SONIA YASMINA Y UN OLVIDADO PACTO

Por Julio César Chalco Fernández


Un olvidado día mi padre y yo hicimos un pacto secreto en la imposible sala de la casa donde vivíamos en alquiler, allá en la Sicuani de inicios de los 80. Yo no tocaría el minicomponente donde el escuchaba la voz de aquella misteriosa mujer que le estremecía con su canto y él me compraría mi primera cinta de Los Enanitos Verdes.

El pacto estaba hecho y ninguno de los dos estaba dispuesto a romperlo. A papá no le interesaba ese grupillo de hippies desaliñados que cantaban como gringos, y a mí me perturbaba el alma el repique ensordecedor de aquel caldo de guitarras y voces que aullaban entre quechua y castellano. Él que era el dueño del mini escucharía todo lo que quisiese la voz de la misteriosa mujer y yo aprovecharía las tardes libres para cantar al ritmo del extraño de pelo largo de mi hipotética cinta. Al menos así debía cumplirse el pacto: el no cumplió y en venganza compré en secreto la cinta añorada.

Tiempo después papá se dejó arrastrar por su borrachera crónica y esta se lo llevó una mañana de carnaval. Semanas después de que lo enterraron me enfrenté con su bíblica colección de vinilos y cintas que fui devorando con la única intención de encontrar retazos de él que quedaron desperdigados en aquella música que no me atraía. Un día me acordé de la mujer de la voz misteriosa que hipnotizaba a papá y destripé todos los posibles cajones donde él hubiese escondido su cinta favorita. Quería encontrar en esa música a papá y cobrarle todas las promesas atrasadas y olvidadas que no había cumplido. En esa empresa escuché hasta el cansancio a Los Errantes de Chuquibanba, el Trío Imperio, Martina Portocarrero, Los Campesinos, Flor Pucarina la voz imponente del Picaflor de los Andes, Juanita del Rosal, Pastorita Huaracina y hasta a Condemayta de Acomayo pero no pude lograr mi cometido.

Un día, derrotado en mi búsqueda, pregunté a mamá sobre el destino de aquella cinta.
– La arrojé a la basura, porque ya no servía- dijo e imperturbable continuó haciendo bollos de nabo para el almuerzo de aquel día.
– Por lo menos dime el nombre de la cantante- insistí. Mamá alzó la cabeza y me miró fijamente con aquellos ojos tiernos que incluso ahora, me hacen sentir niño. Y como si fuese el momento de darme la revelación familiar de un secreto guardado desde siempre dijo – se llama Sonia Yasmina - y se aprestó a darle más aire a la pequeña cocina de kerosene. Desde aquella vez no volvimos a hablar sobre el asunto.

Compré en secreto aquella cinta con los ahorros de mi vida, allá en la antigua discoteca cercana a la plaza de armas y la empecé a escuchar como un demon lover todas las noches con la esperanza hallar alguna melodía que me trajese de vuelta a papá. No volví a reencontrarme con papá, pero desde aquella lejana vez no dejo de escuchar la voz inusual de la gran diva de la música cuzqueña. De aquella cinta aun conservaba la tapa de cartón donde se podía observar la imagen de una mujer sonriente, de largo cabello azabache y vestido de rosa. En el título se podía leer con letras rojas “Vuelve”. Escucho desde siempre a Sonia y mediante ella he logrado escuchar toda la música que, por lo menos, la región Cusco le ha dado al Perú.

La música es algo que sucede dentro de nosotros mientras hacemos otras cosas, crece dentro de nosotros hasta que emerge y se hace presente de manera inevitable en nosotros. Esto mismo me ha sucedido con Sonia. Escucharla significo la llave desencadenante que me hizo inundar de la música de papá, mamá y la abuela Pepa. Basta escuchar una sola de cualquiera de sus canciones para que el corazón se me inflame y sienta que la música es sangre y latido dentro del corazón en referencia a nuestro Luis Nieto.

Hace unos años me enteré que el INC Cusco la había declarado Patrimonio de la Cultura Viva 2007 y como que su imagen lamentable y decadente, y su alcoholismo crónico se quedaban del lado y volvía nuevamente por los fueros para alegría de los que la admiramos. Incluso en aquel año grabó algunos videos de gran calidad que están desperdigados en la marea electrónica del youtube, pero su aparente mejoría solo fue un haz de medio día. La última vez que la vi fue un una presentación que se hizo en las puertas del Colegio Nacional de Ciencias el año 2008. Su imagen imponente y lamentable a la vez, me conectó ineludiblemente con la década de los 80 y me hizo ver a papá danzando con sus pies descalzos sobre el entablado del segundo piso de nuestra casa del final de la ciudad, con el minicomponente en el hombro y la voz de Sonia Yasmina en sus orejas cantando “Ojos azules” del maestro Manuel Casazola. En aquella presentación nadie quiso reconocerla, nadie se dio por enterado. Todavía se me queda la imagen del arpista que huyó avergonzado entre la multitud que no imaginaba quien era realmente aquella mujer.

Ahora, cada vez que vuelvo a Sicuani, busco en el panteón de San Felipe la morada de papá y ambos escuchamos por el MP3 a nuestra adorada Sonia Yasmina. Seguramente al recorrer las carpetas del artilugio papá se topa también con la música de mis Enanitos Verdes, pero ya no puede fruncir el seño. El artilugio es mío y un pacto es un pacto.


Barcelona 15 de junio de 2010.

sábado, 21 de agosto de 2010

Los pobladores de ollantaytambo se trasladaron hasta el Cusco a protestar por el incumplimiento del Gobierno Regional een su ofrecimiento de mejorar la infraestructura de Colegio Ollantino.

El Correo informa de esta manera:

POBLADORES PROTESTARON CONTRA EL GOBIERNO REGIONAL DEL CUSCO
Ollantaytambo exige construcción de II.EE.
21 de Agosto del 2010

CUSCO | Cientos de pobladores del distrito de Ollantaytambo (Urubamba) se apostaron ayer en la sede del Gobierno Regional del Cusco para exigir que el ejecutivo cumpla con su compromiso de iniciar la infraestructura de la Institución Educativa Inca Ollantay.

Elizabet Castillo, tesorera del referido centro educativo, sostuvo que todavía en el mes de julio el propio presidente regional, Hugo Gonzales Sayán, se había comprometido a colocar la primera piedra para iniciar con la nueva infraestructura.

PELIGRO. Castillo informó que la construcción de adobe de Inca Ollantay tiene un promedio de 50 años, por lo que hoy las paredes se encuentran deterioradas y se han convertido en un peligro para los estudiantes de caerse en cualquier momento.

RAÚL CABRERA RAMOS

Correo 21 de agosto del 2010

Demanda Hotelera


La realización del CADE en Urubamba, ha originado una alta demanda por los hoteles de 4 y 5 estrellas ubicados en el Valle Sagrado. El Comercio informa que ya no quedan habitaciones en dichos establecimientos del Valle , pero a la vez señala que los hoteles de 3 estrellas son muy buenos y de estos tensmo dos en Ollantaytambo.


El flujo de empresarios y ejecutivos de alto nivel, esperemos se concrete en una mayor actividad económica que beneficie a todos los pobladores del Valle. Será una buen a oportunidad de mostrar las posibilidades de desarrollo que tenemos y esperamos que los asistentes conozcan algo de la realidad de nuestros pueblos.

sábado, 14 de agosto de 2010

EL CAPULI

Por Ramiro Olazábal Gibaja

Uno de los huaynos cusqueños mas conocidos es la llamado Capuli ñawi cusqueñita, en el que se compara la belleza de los ojos de la mujer cusqueña con el fruto del capulí y se le culpa por los padecimientos que pasa el enamorado.

El capulí es un árbol que crece en la zona del Cusco, principalmente en el Valle Sagrado y sus frutos que se asemejan a los cerezos, son pequeños y cuando maduran se ponen, primero rojos y luego se oscurecen tomando una coloración negruzca. Son dulces y jugosos.

En Ollantaytambo durante el siglo XX era un árbol bastante común, se podía encontrar en el perímetro de las chacras, desde T’iopunku hasta Piscacucho. Los árboles sinuosos y gruesos se encontraban en Fruta Andén, Mascabamba, Pallpancaru, Pillcohuasi, Capellanía, Huattabamba y en los canchones de las casas del poblado.

Estos frondosos árboles producían unos racimos de frutos, los cuales se encontraban en abundancia entre los meses de diciembre y abril. De marzo a abril se podía recoger el fruto en las zonas altas de Ollantaytambo, tales como Bandolista, Muñaypata, Ch’acchapata, Muris y Pallada.

Los frutos eran pequeños, los mas de ellos dulces, sin embargo uno podía toparse con algunos agrios. Los más grandes eran considerados papa capuli, por comparación al tamaño de una papa, generalmente los que producían este tamaño, eran los árboles grandes y gruesos.

Se cosechaba, subiendo al árbol premunido de canastas de carrizo o se recogía en los ponchos, generalmente la labor la realizaban los niños. En algunos casos cuando no se lograba alcanzar las ramas con las manos, se recurría a un palo con un gancho que se denominaba allacho.

Los niños recurrían a este fruto para su alimentación, se les podía ver trepados en los árboles a cualquier hora del día. Algunos de ellos recogían el fruto para comercializarlo en la estación del tren a los viajeros a Quillabamba, entre quienes había gran demanda. Para esto elaboraban una pequeña canasta con dos palitos delgados de huaranhuay, que al ser flexibles se doblaban fácilmente formando dos U cruzadas las que sostenían con fibras de retama, las rellenaban con hojas de maíz formando un recipiente donde se ponían los frutos y se cubría con las mismas hojas de maíz y se reforzaba con las fibras de retama. Este recipiente se denominaba zerón y su precio por los años 50 era de 10 centavos de sol.

Cuando el comprador quería una mayor cantidad se le ofrecía una canasta de pispita chata con los bordes ligeramente para adentro, llamada balay, y que también se cubría con hojas de maíz y se ataba con fibras de retama. De esta manera se protegía a este delicado fruto de los posibles golpes que pudiera tener en el transporte.