La ciudadela de Ollantaytambo, promocionada como: "La ciudad inca viviente", por el caos del tránsito vehicular, el desorden en las construcciones y la destrucción masiva de las edificaciones incas, se está convirtiendo en lo que llamamos "La ciudad inca agónica".
El periodista, Alvara Rocha, en su columna del semanario SOMOS ( sábado 2 de octubre), escribe sobre las debilidades de Machu Picchu y concluye:
El periodista, Alvara Rocha, en su columna del semanario SOMOS ( sábado 2 de octubre), escribe sobre las debilidades de Machu Picchu y concluye:
"Otro sinsabor para el turista se da cuando -regresando de Machu
Picchu- desciende en la estación de Ollantaytambo para continuar viaje terrestre
hacia el Cusco. Pero en sus pequeñas calles, los viajeros quedan
entrampados en un sancochado vehicular que desmerece el titulo de 'pueblo inca
original' de Ollantaytambo, al punto que cada vez se ven más lejanos esos
tiempos del Tahuantinsuyo y se parece más -por el tráfico y los cláxones- a la
avenida Abancay en hora punta."
Lo que manifiesta es lo que, en parte, viene sucediendo en Ollantaytambo, vehículos pequeños y grandes, autos y camiones, siguen transitando por el centro del pueblo histórico, deteriorando la arquitectura y por supuesto el entorno del pueblo.
Una de las soluciones inmediatas, es reubicar la estación del tren. Esta debe estar ubicada en una zona amplia, donde los vehículos puedan estacionarse y maniobrar con facilidad y donde además se ofrezcan buenos servicios al visitante.
Sabemos que la propuesta no será facilmente aceptada por los ollantinos, pero es la única forma de preservar el patrimonio cultural.
Otro tema pendiente es el de la via de evitamiento. se debe tomar una decisión, en la que participen especialistas de primer nivel y hacer el proyecto aún si la rentabilidad económica inmediata sea nula. Una decisión que afectará a Ollantaytambo, no puede ser tomada sin un sustento técnico adecuado.
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