jueves, 17 de diciembre de 2009

¿QUE HACER PARA EVITAR QUE EL QUECHUA Y EL AYMARA DESAPAREZCAN?

Karla Olazábal Ramírez

En el Territorio Nacional, existen alrededor de cuarenta lenguas reconocidas por el gobierno del Perú como oficiales, sin embargo muy pocas personas saben de su existencia y sólo se da importancia al castellano.

La idiosincrasia de la población como consecuencia de la conquista cambio notablemente, se dio una desvalorización de la cultura, en este caso específicamente de la lengua. El castellano se impuso, mientras que las otras lenguas fueron subordinadas en relación él. La escuela durante todo el periodo republicano ha sido fundamental en arraigar este concepto tan absurdo de superioridad lingüística. Generalmente se da instrucción en castellano quitando así, la oportunidad de hablar en la lengua materna. Esta discriminación llega hasta las familias, que son el núcleo de la sociedad, quienes para evitar ser marginadas en diferentes situaciones y que sus hijos tengan un mejor futuro, básicamente logrando tener un mayor acceso a servicios que proporciona el estado (justicia, educación y salud, principalmente), propician el aprendizaje de una segunda lengua y no la materna. En otros casos (generalmente las personas mayores) han aprendido el castellano debido a la necesidad, sin embargo su nivel de expresión es bajo, por lo que igualmente son discriminados y a esto contribuyen los medios de comunicación como la TV, que pone personajes como la “paisana Jacinta” que menosprecian al poblador de la sierra.

La discriminación que sufren los hablantes de quechua, aymara y lenguas amazónicas, es la misma que los hispanohablantes sufrimos frente a lenguas mas “poderosas” como el inglés y el francés en diferentes partes del mundo. Esto se debe también a que gracias a la globalización y al mundo moderno, los hablantes de estas últimas lenguas, son quienes tienen más influencia en la actualidad y controlan gran parte de la economía mundial, entre otras cosas; por lo que nos vemos en la obligación (si queremos insertarnos en el mundo global) de aprender estos idiomas. Los idiomas nativos, son menospreciados, los que lo hablan son marginados.

Debemos evitar que lenguas como el quechua y aymara desaparezcan porque son parte de nuestro pasado cultural: Un gran numero de personas son hablantes de estas lenguas, son una forma de ver el mundo única, que poco a poco se esta desvalorizando, sin embargo antes de la conquista ambos idiomas eran los que se hablaban principalmente en América del sur y eran los más aceptados socialmente.

Por otro lado, si desaparecen, ¿cómo los historiadores, antropólogos, sociólogos etc. podrán recopilar datos importantes de nuestro pasado y presente, del conocimiento acumulado en centurias? Este patrimonio sumamente interesante se perdería junto con estos idiomas y no habría vuelta atrás para recuperarlos.

Como posibles soluciones para evitar la desaparición de estas dos lenguas, podríamos decir en primer lugar que es preciso reconocer que todos formamos parte de esa realidad, aunque nuestro lenguaje y posiblemente nuestro aspecto e intereses sean otros, pero todos somos mestizos y nuestros antepasados nos dieron ese legado que debemos rescatar. En segundo lugar, el estado debería de hacer campañas nacionales para que se revaloren estos idiomas nativos, así como capacitar a profesores bilingües que enseñen a los escolares en su idioma materno y en castellano, para que así tengan más oportunidades de recurrir a servicios que proporciona el estado y a la vez puedan conservar su cultura. Igualmente se debe hacer de una vez por todas, que los servicios necesarios en las zonas de habla quechua y aymara, sean proporcionados en esas lenguas y que todo quechua y aymara hablante debería tener las mismas oportunidades de hacer uso de su lengua en los diferentes trámites administrativos en las diferentes instancias del estado. En tercer lugar, los medios de comunicación siempre cumplen un papel importante en la sociedad, por lo que debería de hacerse publicidad en diferentes idiomas, para que de esa manera exista una mayor identificación con lo autóctono y se extienda a todo el Perú. En cuarto lugar, la escuela debería incentivar la revaloración de la cultura andina y por tanto de sus lenguas, tomando en consideración que somos un país pluricultural y multilingüe, donde cada uno de los grupos humanos tiene una propia identidad. El respeto al otro es importante, sin embargo la cultura occidental propicia que la cultura andina sea siempre menospreciada, por lo que se da la discriminación y el racismo.
La enseñanza y producción de textos en estos idiomas, así como programas en los medios de comunicación, evitará su desaparición.

Hacer que los que hablan quechua y aymara tomen conciencia de la igualdad de sus idiomas con otros como el castellano y se sientan orgullosos de pertenecer a una sociedad que ha aportado al mundo numerosos conocimientos y productos como la papa y el maíz, hará que estos idiomas, y no dialectos, supervivan.

martes, 15 de diciembre de 2009

COMO HA CAMBIADO OLLANTA

En el anterior número leímos una nota nostálgica del Dr Del Alamo, en la que nos llevó imaginariamente a los años 50 del siglo pasado, cuando Ollantaytambo era un pueblo apacible, donde todos se conocían, los niños ingresaban a las diversas huertas a treparse a los árboles de capulí, las puertas permanecían entornadas para permitir el ingreso de los vecinos, los profesores eran autoridades respetadas, los campos estaban cubiertos de plantas de maíz y papas en flor.

Si ahora recorremos las calles ollantinas, no encontraremos mucho de ese paisaje añorado. Numerosas casas se han convertido en hoteles y restaurantes, algunos de los antiguos moradores han decidido deshacerse de sus propiedades y ahora son habitadas por extraños. Las pocas casas de origen colonial han sido divididas perdiendo su morfología. Ahora no quedan ni rastros de lo que fueron. Zaguanes, escaleras y balaustres, han caído por los suelos. En su reemplazo se levantan muros de cemento, escaleras y ventanas con hierro.

Las chacras cada vez tienen menos extensión, muchos terrenos ahora están ocupados por nuevas construcciones, donde se acondicionan hoteles para recibir a extranjeros. Los árboles de capulí son cada vez mas escasos, los ch’ititis y chihuacos, ya no nos despiertan con sus trinos madrugadores. Los sapos ya no croan anunciando la lluvia. El maíz ya no se seca en los tendales, se vende en choclo, originando la falta de jora para elaborar chicha.

Ahora encontramos a empresarios ollantinos, con dos celulares en la cintura, despachando sus negocios a bordo de modernas camionetas. Los que no pueden pagarse un teléfono privado, pueden realizar sus llamadas desde los teléfonos públicos instalados en los locales comerciales y también desde los celulares que ofrecen algunas señoritas en la plaza principal. Sin embargo hay ollantinos que no pueden darse el lujo de efectuar una llamada telefónica, es muy caro para ellos y deben destinar todos sus ingresos para subsistir. Los precios de los productos agrícolas, nunca son buenos y ahora ya no hay trojes. Difícilmente se guarda algo de papas y maíz.

La plaza, donde antes solo dos veces al día paraban los vehículos que hacían servicio al Cusco, ahora se encuentra atiborrada de taxis, combis y toda clase de vehículos que salen a cualquier hora.

Los restaurantes han sacado sus mesas y sillas a las veredas. Es agradable sentarse ahí a tomar un refresco, una cerveza o degustar alguno de los muchos omelettes que ofrecen, pero ahora ya no podemos transitar libremente por las veredas. Por las calles nos encontramos con algún muchacho con su mandil de chef y por supuesto con muchos vendedores de artesanías.

Hablando de artesanías, la Plaza sagrada de Manyaraqui, es desde hace un buen tiempo un gran mercado. El espacio está lotizado, impidiendo una buena perspectiva de los importantes edificios que la circundan.

En vísperas de Todos los Santos, encontramos “tropas” de niños con distintos disfraces, unos con apenas una careta, otros con vestidos preparados especialmente y con extrañas mascaras de tela o plástico, festejando el Halloween importado. ¿El día de la canción criolla? No, en las calles ollantinas no se conoce esta fiesta.

La música que se escucha es diversa, hay rock, chicha, cumbia y también huayno. Los blues no faltan en algún pub concurrido por turistas.

Las escuelas se han multiplicado, algunas de ellas son particulares e incluso hay alguna que esta “especializada” solo en hijos de extranjeros. En Chillca, Patacancha y Huilloc, hay colegios, donde asisten numerosos estudiantes. El quechua, se sigue hablando, al mismo tiempo que el castellano y el inglés.

Lo que apreciamos ahora en Ollantaytambo, es un pueblo en proceso de cambio. Cambio que se viene realizando rápidamente, no solo en su morfología, también en su gente
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domingo, 15 de noviembre de 2009

Cachiccata y la National Geographic

Reproducimos la nota aparecida el 15.11.2009 en el diario limeño El Comercio . Cachiccata, está ubicado a unos kilometros al frente de Ollantaytambo, a los pies de la montaña donde se encuentra las canteras de donde se extrajeron las piedras que sirvieron para la construcción del pueblo. Desde hace unos años se ha implementado servicios para el turista.

Valle Sagrado de los Incas es una de las 25 mejores travesías para el 2010

18:27 Revista National Geographic invita a pasar por lo menos una semana entre los andenes, el pueblo de Cachiccata y el Camino Inca del Cusco
Un viaje al Perú, y especialmente al Valle Sagrado de los Incas en el Cusco, es una de las 25 mejores travesías en el mundo para el 2010. Así lo señaló la prestigiosa revista National Geographic en su edición de noviembre.
La publicación dedicada a la naturaleza y sitios históricos describe al Valle Sagrado del Cusco, al pueblo Cachiccata, a la caminata hacia Machu Picchu y a los antiguos andenes Incas como las principales razones para visitar el Perú. Por ello invita a los viajeros a pasar al menos una semana entera en la ciudad imperial.
Según el artículo, Adventure Life Journeys está organizando dos viajes a Perú en abril y diciembre del 2010 con destino a Cusco y Machu Picchu. Ofrece tours de grupos pequeños que tienen un impacto positivo en la cultura y medio ambiente del lugar. El objetivo de la empresa es ofrecer unas vacaciones divertidas y emocionantes, al mismo tiempo que crea un mejor entendimiento entre los viajeros.

BATANES Y MORTEROS




En tiempos antiguos dicen que el sol murió. Y, muerto el sol, se hizo noche durante cinco dias. Las piedras, entonces, se golpearon entre ellas mismas, unas contra otras; desde entonces se formaron los llamados morteros, es decir las muchcas, y también los batanes”

Dioses y hombres de Huarochirí (¿1598?)

Uno de los principales instrumentos de la cocina es el batán (maran) y su mano (tunao). Sirve para moler los alimentos, para sacar la cáscara de algunos granos como la quinua, elaborar las salsas como la uchukuta. Consiste en una loza de piedra, completamente plana y lisa, sin porosidades, En algunos casos la parte media presenta una hendidura originada por el continuo uso y la fricción de la mano. El tunao es una piedra media ovalada (casi media luna), o media rectangular, algunas veces con protuberancias para sostenerla. En este último caso ha sido confeccionada ex profeso.

Esta piedra se consigue en zonas donde hay tradición de picapedreros. La mano se puede encontrar en la orilla de los ríos, tiene que ser de una piedra fuerte y dura, además de tener la forma necesaria que permita su manipulación y uso adecuado.

Su ubicación es cercana al fogón, pero puede estar también fuera de la vivienda. Generalmente esta sobrepuesto sobre una base de piedras o adobes y asegurado con barro.

Hay de distintos tamaños, los pequeños (de 40 cm aprox) se usan para las laboras diarias, mientras que los mas grandes ( de 1.10 mt aprox) se usan para labores mayores como moler la jora para chicha. Por supuesto que en estos casos el tunao es mas grande para permitir una molienda mas rápida.

Cuando hay que moler grandes cantidades, como la jora, el trabajo se realiza por la noche, empezando la labor a media noche y para esto se contrata a una persona, generalmente un varón por que tiene mas fuerza que la mujer. Las labores de molienda diaria, las realiza el ama de casa, pero también lo puede hacer el varón.

Se puede moler en seco y elaborar harina, como también se puede moler con agua o aceite y, dependiendo que se quiere y en que medida triturar, se le dará mayor o menor fuerza a la presión del tunao, el cual, para evitar el cansancio, se debe manipular en forma acompasada.

LA MUSK’A

El mortero o musk’a, también es de piedra. Sus dimensiones pueden variar entre 20 cm a 40 cm de diámetro. Hay morteros muy bien labrados, con bordes altos por lo tanto profundos, tales como nos muestran las evidencias arqueológicas que encontramos en los museos, donde incluso se aprecian, diversos grabados en alto relieve, de animales como serpientes o pumas.

Algunos morteros, son de piedras encontradas en la naturaleza, las que por un proceso de fricción han adquirido una profundidad que permite amartajar alimentos o hierbas en pequeñas cantidades; mientras que la mayoría son fabricados ex profesamente, unos en forma burda y otros con un hermoso acabado.

La mano es una piedra llamada collota, la cual normalmente es alargada, otras veces casi esférica. Lo usual es que sea alargada permitiendo un uso más armonioso para la persona que lo utiliza.

Sirve para triturar algunos granos en pequeñas cantidades y hierbas para aderezar de los alimentos o que sirvan para un emplasto. Como en el caso del batán, dependiendo del producto que se trate, se puede usar agua o aceite.

martes, 10 de noviembre de 2009

COMO NO RECORDAR A OLLANTA

Herbert Del Alamo Gibaja (*)

Hoy quiero trasladarme imaginariamente al legendario Ollanta, para rememorar sus bellos paisajes y su maravillosa gente: Altun tuytuck phuyuhuanhina orqon qasanta phawaspa waqaq sonqoywan yuyaynintin maskamuyki sumaq llaqta

Como no recordar Ollanta, pequeño pueblo andino, con su placita caracterizada por el olivo centenario, cuadrilátero con frondoso pisonaes. Ese Ollanta de callecitas estrechas, tan estrechas que cuando uno las transita, se tiene la sensación de estar recibiendo el calor fraterno del abrazo de su generosa población. Ese Ollanta que con el Pincuylluna, que constituye su celoso guardián, teniendo en el lado opuesto, cual faro norte, el reflejo de las nieves perpetuas de la Verónica, cuando los rayos del sol iluminan su cima.

Como olvidar Ollanta, por cuyo extremo suroeste serpentea el Wilcamayo con aguas apacibles hasta llegar a la altura de la “Estación”, donde súbitamente se vuelve tormentoso e irascible. Por otro lado, dividiendo a la ciudad en dos partes: Jatunllacta y Araccama, aparece en forma perpendicular al Vilcanota, el Calicanto, de gélidas aguas nacidas en las alturas de Patacancha.

Ollanta, aunque territorialmente pequeño,es un nido de encantos, de leyendas, lleno de historia y testimonios como su conocida “Fortaleza inca”, sus admirables baños de Manyaraqui, las canteras y andenerías de Simapucyu y Cachiccata. Todos ellos constituyen las muestras incomparables de su grandiosidad, de sus valiosos antepasados y que forman el fundamento de nuestro orgullo.

Como olvidar a mi Ollanta querido, sus lugares placenteros como Mascabamba, Compone, Pillcuhuasi, Phacchayoc, Rumira, Tarabamba, Huayrajpunku, etc, enlazados por caminitos pedregosos, con el aroma de la flor de retama y eucaliptos, con el soñador cantar de alondras, jilgueros, ch’ititis y tantas aves más…

Como no recordar siempre la vieja escuelita de Patacalle, con su director el profesor Alberto Salas, hombre amable y comprensivo y, al mismo tiempo, dinámico y enérgico. Posteriormente llegaría otro gran maestro, el señor Valentín Martínez, docente de amplia experiencia, de actitudes serenas y paternal trato. Como olvidar, los chicotazos con ramas de sauce llorón, que me hacían llorar, cuando la profesora y ti mía, me aplicaba de tarde en tarde, debido a alguna mataperrada que había hecho. La profesora parece que tenía un concepto peculiar de lo que era el cariño, pues a mayor grado de parentesco, mayor severidad en el castigo.

Si físicamente Ollanta es un pueblo chico, tiene la incomparable grandeza que le otorga la calidad humana de sus pobladores, gente tal vez modesta, pero trabajadora y honrada.

La vida de la población transcurría en paz y tranquilidad, sin preocupaciones por ladrones, ebrios, ni otro tipo de desquiciados. Esta felicidad fue fruto de la educación y buen ejemplo que nos dieron nuestros padres, guiándonos por el camino del bien y el honor.

Muchos jóvenes, por las metas que nos trazamos, tuvimos que emigrar y con el invalorable y esforzado trabajo de nuestros padres, con la decisión irrenunciable, la fe inquebrantable, llegamos a la capital, para conquistarla con trabajo, con estudio. Quienes escogieron trabajar, poco a poco fueron ampliando sus fuentes de ingreso. Los otros, los que buscamos una profesión, algunos con el aporte de nuestros padres y otros buscando nuestro sustento, afrontamos situaciones difíciles, luchando contra el hambre, las incomodidades, a las cuales nos sobrepusimos con el temple y la terquedad del andino : ruwanaytaqa ruwasaqmi.

Ollanta querido, nos has dado todo lo que tienes, pero principalmente el privilegio de ser tus hijos. Sin embargo, nos separamos. Nos quedamos en la capital, alguna vez volvemos como ave de paso, solo para respirar tu aire de cariño, de pureza, de paz. Nos encontramos lejos de ti sin perder el orgullo de ser ccotos, pero también es posible que estemos lejos contradiciendo a las letras de esos viejos huaynos que dicen: Ollanta runaqa, yunka mula hina kutikuy mañayoq, o tal vez: Ripuywan wañuywan kuskallañas kanku .

Yapamanta pacha tupananchiscama waykepanakuna.

(*) Contralmirante de la Sanidad Naval, Marina de Guerra del Perú. (08 Noviembre 1928 - 04 Marzo 2007)

domingo, 18 de octubre de 2009

FERIA EN LA MOLINA


Como parte de la semana ollantina, el Municipio distrital en coordinación con la Municipalidad de La Molina, organizó una Feria artesanal en la Huaca Melgarejo del distrito limeño. Acudieron numerosos artesanos ollantinos, quienes encabezados por su alcalde mostraron el trabajo de hombres y mujeres. Como fin de fiesta se presentaron distintos grupos musicales que alegraron a los numerosos concurrentes y pusieron la nota festiva al evento.

viernes, 16 de octubre de 2009

CELEBRACION DE LA FANTASIA

Eduardo Galeano (*)

Fue a la entrada del pueblo de Ollantaytambo, cerca del Cuzco. Yo me había despedido de un grupo de turistas y estaba solo, mirando de lejos las ruinas de piedra, cuando un niño del lugar, enclenque, haraposo, se acercó a pedirme que le regalara una lapicera. No podía darle la lapicera que tenía, por que la estaba usando en no sé que aburridas anotaciones, pero le ofrecí dibujarle un cerdito en la mano.

Súbitamente, se corrió la voz. De buenas a primeras me encontré rodeado de un enjambre de niños que exigían, a grito pelado, que yo les dibujara bichos en sus manitas cuarteadas de mugre y frío, pieles de cuero quemado: había quien quería un cóndor y quién una serpiente, otros preferían loritos o lechuzas y no faltaba los que pedían un fantasma o un dragón.


Y entonces, en medio de aquel alboroto, un desamparadito que no alzaba mas de un metro del suelo, me mostró un reloj dibujado con tinta negra en su muñeca:

-Me lo mandó un tío mío, que vive en Lima -dijo

-Y anda bien -le pregunté

-Atrasa un poco –reconoció

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Es una bella composición que nos muestra la inocencia de los niños, su capacidad de crear, su ilusión y fantasía que se dan a pesar de las condiciones adversas en la que vive. El niño del relato, puede ser cualquiera de los que encontramos diariamente por las calles de Ollantaytambo o en los diferentes pueblos del sur andino.

La pobreza en la que siguen viviendo miles de niños, no permite que su desarrollo intelectual, emocional y físico sea mayor, sin embargo su capacidad inventiva es grande. Crea sus propios juguetes, los frutos del eucalipto se convierten en trompos, las piedras del camino son carritos multicolores que acompañan las caminatas, con unos trazos en el suelo y unos cuantos guijarros puede jugar a la “leonera”. Los cuentos que narran, donde se mezclan la realidad y la fantasía, son dignos de figurar en cualquier libro.

Los niños son el futuro del país, pero sino les damos oportunidad de desarrollarse, si las instituciones que debían velar por su bienestar no lo hacen, ese futuro no se ve halagüeño.


(*) Eduardo Galeano, escritor Uruguayo, nacido en 1940. Es autor de varios libros los que han sido traducidos a mas de 20 idiomas, entre los cuales se encuentra “Las venas abiertas de América Latina”. El texto que presentamos y que ha sido reproducido en numerosas oportunidades proviene de “El libro de los abrazos” publicado en 1989.

martes, 26 de mayo de 2009

LLAMADO A ALGUNOS DOCTORES

Odi Gonzales

La prolongada agonía y deceso de mi madre quechuahablante difirió hasta hoy mi sentir sobre el abuso contra la congresista quechuahablante Hilaria Supa.

De los quehaceres y oficios en el Perú actual –con honrosas excepciones- el del abogado y del periodista se enciman, como los más envilecidos.
Usaq sullun/feto de piojo se le llama en Runa Simi al mediocre fementido con delirios de grandeza y superioridad. Y un sujeto así, con la autoridad –a sí mismo atribuida- de un docto, encaramado en la dirección de un periódico ha insultado en la persona de doña Hilaria a quienes en el Perú hablamos la lengua materna y, por las consabidas interferencias idiomáticas -propias de cualquier bilingüismo- nos expresamos o escribimos con dificultad o errores morfosintácticos.
El erudito akakutirpa/rumiador de sus propias heces ideó en su página la ocurrencia de que el conocimiento, la cultura, provienen únicamente de la instancia de los letrados. Y más aún. Refiere que en el Perú quien habla o escribe en español es el que ‘sabe’. Por tanto, los saberes de la cultura oral -que no están en los libros- no son conocimientos. Bajo este raciocinio de Cantinflas, un PhD o un periodista abyecto, sólo por ser parte de una cultura dominante, sería holgadamente superior, por ejemplo, a una tejedora de Chinchero que en el intrincado diseño de una faja logra configurar los saberes de toda una cosmovisión transmitida mediante códigos más arcanos, y en el decurso de generaciones.
En el Perú, el conflicto escritura/oralidad, proclive al limbo cultura/barbarie es una reyerta de añejos forajidos. Persiste desde la tarde en Cajamarca, cuando un fraile letrado alcanzó al emperador Inka el objeto libro [Biblia] haciéndole saber, a través del intérprete, que allí estaba la palabra de Dios. El monarca -arquetipo del código oral- fastidiado de que ninguna dicción divina emergiera de la grafía, terminó arrojando la Biblia, por lo que sería escarnecido como blasfemo y alma negra.

Me pregunto si este ganapán del periodismo peruano le reprocharía errores de ortografía al tayta Guaman Poma si leyera un párrafo de ese prodigio Nueva Coronica y Buen Gobierno cuya configuración discursiva –grafía castellana, sintaxis quechua- devela las dificultades expresivas de un bilingüe andino:
“Desto los jueses no lo rremedia; por ser cohechados como los saserdotes y padres, se llaman dotores y lisenciados, bachelleres, maystros, no teniendo título ni derecho y no sauer letra. Esto es dezir que ay mundo al rreués, pero la justicia deue ajustar y castigar”

Ya Arguedas, incitado por la irrupción de los legendarios líderes campesinos Saturnino Huillca y Emiliano Huamantica que –en los sesentas- propalaron la congénita oralidad en sus discursos, advirtió en Llamado a algunos doctores: “Dicen que no tenemos saberes, que somos el atraso, que nos van a descabezar”.

lunes, 4 de mayo de 2009

EL CUSCO Y EL QUIJOTE

Como es conocida, la relación del Perú con el Ingenioso Hidalgo Don Quijote, se inicia casi en forma inmediata a la salida de la imprenta de Juan de la Cuesta de la edición príncipe. Es así como en junio de 1606, llegan a Lima, los primeros 72 ejemplares y ese mismo año Juan de Sarria envía 9 de ellos al Cusco para ser vendidos a 4 patacones. En el mismo lote se envió un ejemplar de “Don Florisel de Niquea” de Feliciano de Silva, quien es mencionado en el escrutinio de libros que se realiza en la primera parte del Quijote y quien es padre de Diego de Silva, uno de los primeros conquistadores del Cusco.

Algunos de esos primeros ejemplares, los podemos apreciar en bibliotecas particulares y la de conventos ciusqueños.

José Gabriel Cosio fue uno de los mas fervientes cervantistas cusqueños, de el se decía que tenía por costumbre leer por lo menos una vez al año las páginas de el Quijote, escribió un pequeño texto titulado “Cervantes y el Quijotismo”. El y otros autores cusqueños utilizaron seudónimos de prosapia quijotesca, como Maese Reparos o Max Cervantino.

Luis Angel Aragón, publico dos poemarios con el mismo tema, “Canto a Cervantes y su alma ajena” e “Invocación a Don Quijote”, que de acuerdo a Angel Avendaño, son epigonales a la obra de Rubén Darío y Luis Nieto.

El poeta Washington Delgado publicó un ensayo titulado “Cervantes y el Quijote” y otro cusqueño Demetrio Túpac Yupanqui, en el 2005 publicó la primera traducción al quechua, bajo el título de “Yachay sapa wiraqucha dun Quixote manchamantan”, el cual cuenta con hermosas ilustraciones de los pintores populares de Sarhua.

También debemos indicar que en 1958 , en el Primer Festival del Libro Sur Peruano bajo la dirección de Luis Nieto, se publicó la segunda edición de la obra del arequipeño Juan Manuel Polar titulada “ Don Quijote en Yanquilandia”.

Por otra parte, el Dr. Bernardo Alborhn Alvarado, de una lejana prosapia urubambina, nos muestra la actualidad del manchego en el libro titulado “El Quijote para empresarios”, donde aplicando las diversas teorías de la administración moderna presenta a un Quijote dando consejos a los responsables del manejo de las empresas. En sus páginas podemos encontrar relaciones con la inteligencia emocional, la gestión administración, la gestión del talento humano, el marketing y la dirección empresarial entre otras. Es la muestra de una obra imaginativa aplicada a la realidad empresarial.

Entre 1779 y 1784 fue obispo del Cusco, el arequipeño don Juan Manuel Moscoso y Peralta, quien en un primer momento apoyo la rebelión de 1780, sin embargo luego mostró su disconformidad y combatió a Túpac Amaru, por lo que fue enviado a España para explicar su conducta, donde asumió el arzobispado de Granada y es en esta posición cuando, en 1795, manda edificar un palacio en la localidad de Víznar. Nada tendría de extraordinario, si es que no estuviese ornamentada con 12 pinturas murales con escenas del Quijote a escala natural, lo cual nos muestra la gran afición que el arzobispo tenía por este libro y que ya se podía notar en su estadía en el Cusco. Este palacio ha sido declarado Monumento Histórico-artístico por España y hoy es conocido como el “Palacio del Cusco”.

Como podemos apreciar, la relación del Cusco con la obra cervantina es larga y prolongada, solo esperemos que la ilustre pareja siga cabalgando por nuestros pueblos “desfaciendo entuertos” y propagando el buen decir.

QUECHUA Y CASTELLANO

En el Cusco, los idiomas que hablamos son el quechua y el castellano. En la ciudad el predominio del castellano es evidente. El quechua está subordinado y es menospreciado. En el sector rural, se sigue utilizando cada vez menos. Los más jóvenes prefieren hablar en castellano, lo hacen por que asi se sienten menos marginados, menos excluidos. Hay un sentimiento de inferioridad, de vergüenza, si solo se sabe quechua. El quechuahbalante es mal visto en la ciudad. Si embargo en los últimos años, se vienen tomando medidas con el fin de recuperar una identidad y tener orgullo de ella. En esa dirección van la publicación de textos en quechua, principalmente aquellos cuentos dirigidos a los niños de los sectores rurales, quienes aprenden a leer en su propio idioma. Se han editado textos recogidos por maestros y alumnos de diversas escuelas cusqueñas y también textos europeos, como la reciente traducción de los cuentos de los hermanos Grima, realizado por la profesora del colegio Pukllasunchis, Isabel Palomino.

En este mes de abril que celebramos a nuestro Garcilazo, quien es un clásico y un clásico al decir de muchos, es aquel a quien se cita y no se lee, debemos incentivar la lectura de sus obras y a sentirnos orgullosos como el cuando escribe “como indio natural de aquella tierra, ampliamos y extendemos con la propia relación la que los historiadores españoles, como extranjeros, acortaron por no saber la propiedad de la lengua ni haber mamado en la leche estas fábulas y verdades como yo los mamé”.

También celebramos a Cervantes, cuya obra fue traducida al quechua por el cusqueño, Demetrio Tupac Yupanqui y que si bien no tiene una difusión extensa y se le ha criticado, como a toda traducción, algunas deficiencias, es una forma de valorar nuestro quechua. Otra de las formas es la manera como la actriz huantina Magali Solier, se expresó en el acto de premiación de la película La teta asustada, donde llamó, sobre todo a las mujeres, a no tener miedo ni vergüenza de hablar en quechua.
En la medida que recuperemos el quechua, tal como lo han hecho otros grupos humanos con su lengua, reafirmaremos nuestra identidad

DOMINGO EN EL CUSCO


Fue domingo en las claras orejas de mi burro,
de mi burro peruano en el Perú ( Perdonen la tristeza)
César Vallejo

Hace unas semanas Erick La Torre, en su blogg “Crio de la Niebla”, escribió sobre la nostalgia que le invadía en las tardes de un domingo cualquiera, cuando el cielo se nublaba, se ponía gris y no había lluvia. Dice que en esas tardes su “alma se vestía de luto y una pena amarga le invadía el ser”. Al parecer este sentimiento es común a los cusqueños, cuando una tarde cualquiera, sin una labor específica por realizar, se encuentran bajo un cielo oscurecido, pero que no se decide a derramar sus gotas.

Será por que nuestro espíritu está preparado para el sol o la luvia y no para situaciones climáticas intermedias? Cuando hay sol nos sentimos alegres, dicharacheros, las ajahuasis están llenas de gente bulliciosa, pero cuando el día está oscurecido por las nubes, nos volvemos mas taciturnos, la gente en la penumbra bebe chicha y habla a susurros. Será que extrañamos la lluvia necesaria para el riego de las sementeras?. Cuando las gotas de lluvia mojan la tierra, la gente camina presurosa, se entretiene mirando el cielo e intentando pronosticar en cuanto tiempo escampará.

Las familias en las mañanas domingueras, dividen su tiempo entre asistir a la misa madrugadora de la catedral, donde pueden escuchar a las “ch’ayñas”, luego de lo cual pueden decidir en pasar a tomar un apetitoso desayuno en “El Ayllu” o ir a saborear un lechón o un caldo de cabeza al mercado. Otros acudirán al cementerio a visitar a sus muertos o irán al mercado a acopiar los alimentos para la semana; luego de lo cual pasaran a presenciar el izamiento de las banderas en la plaza de armas.

Por las mañanas también se ve pasar a algún carguyoc seguido de una banda de k’aperos, a celebrar alguna festividad patronal, donde se puede tomar, por cortesía del carguyoc, un ponche de habas o de guindas.

Luego proceden al almuerzo familiar y por la tarde pueden continuar con una reunión con parientes y amigos, asisten a una picantería o simplemente se dedican al descanso. Son muy pocos quienes se dedican a recorrer las ruinas cercanas o simplemente a caminar por las calles.

Los jóvenes, actualmente no tienen mayores oportunidades de diversión. No hay cines ni otros espectáculos con excepción de alguna tarde deportiva. El centro histórico, un domingo por la tarde, es solo recorrido por turistas, los cusqueños brillan por su ausencia. Los paseos a lugares cercanos, si bien son más fáciles por los medios de transporte que hay, no son frecuentes por la capacidad económica del cusqueño común y corriente.

Si las mañanas domingueras son alegradas por el sol y alguna banda de k’aperos, las tardes se vuelven monótonas, donde la quietud se hace penetrante, las horas se alargan y la nostalgia invade el espíritu, recordándonos a un cantor español que entonaba, “estas tardes grises del otoño, me ponen triste..”

sábado, 18 de abril de 2009

BIBLIOGRAFIA CUSQUEÑA


Uno de los temas que no hemos tratado a propósito en las páginas de PUTUTU, es el de los libros sobre el Cusco. No le hemos hecho por que hemos preferido disponer el pequeño espacio de sus páginas para otros temas y por que pensamos que algunos de los libros tienen una buena difusión en la prensa nacional, sin embargo reconsideramos esta posición con el fin que los cusqueños conozcamos más lo que se produce sobre el Cusco, por cusqueños y cusqueñistas.

Entre los novelas publicadas últimamente tenemos, “El guachimán y otras historias” del conocido Luis Nieto Degregori http://www.larepublica.com.pe/content/view/235387/28/. Tres historias que narran los conflictos interiores que se dan en la vida amorosa de personajes disímiles como un sacerdote, un ejecutivo y un guachimán.

Juan Carlos Galdo, descendiente de cusqueños, ha publicado la novela “Estación Cuzco”, que narra el reencuentro de Hernani con la ciudad. El mismo autor también ha publicado un texto de critica literaria, “Alegoría y nación en la novela peruana del siglo XX”, donde analiza obras de Vallejo, Alegría, Arguedas, de Vargas Llosa, Scorza y Miguel Gutiérrez.

La dinámica Karina Pacheco, ha publicado “No olvides nuestros nombres” http://agreda.blogspot.com/2009/03/no-olvides-nuestros-nombres.html novela ganadora del Premio Regional de Cultura 2008 que el INC del Cusco convocó para escritores del Sur del Perú, además esta novela fue finalista de la I Bienal de Novela Copé convocada por Petroperu.

Luis Enrique Tord, continuando con su saga cusqueña presentó “La montaña roja”, en la que narra las vivencias del cura chachapoyano Blas Varela y el secreto proyecto de la Compañía de Jesús de gestar la fundación de una Monarquía Cristiana .

Odi Gonzales, de Calca, publicó en un solo volumen “Valle Sagrado- Almas en pena”, un par de poemarios que han tenido una muy buena acogida . http://www.larepublica.com.pe/content/view/237182/28/


En el ámbito de las ciencias sociales, el antropólogo Guillermo Salas Carreño, sacó a luz “Dinámica social y minería”, un importante texto sobre las relaciones de la gran minería y las poblaciones que se encuentran en su ámbito. “Las elites cusqueñas”, de José Tamayo y Eduardo Zegarra, que debe ser el libro cusqueño mas vendido de los últimos tiempos, es un conjunto de conversaciones de los autores sobre las clases dirigentes cusqueñas.

Pedro Guibovich y Luis Eduardo Wuffarden, son autores de “Sociedad y Gobierno episcopal”, que nos ofrece una visión precisa sobre la relación entre iglesia y sociedad en la época colonial, para lo que se basan en las visitas del obispo Mollinedo y Angulo.


Finalmente, Rosario Olivas Watson, sacó a luz “Cusco, el imperio de la cocina”, que muestra la exquisita gastronomía cusqueña. El libro, además de incluir las recetas típicas de cada una de las festividades más importantes describe distintas costumbres gastronómicas.


Estos son una pequeña muestra de todos los libros publicados recientemente

sábado, 28 de marzo de 2009

WENDY WEKS: ENTRE EL MAR Y LA MAREA


La pintura de Wendy Weks, a nuestro parecer, ha pasado por varias etapas pero con un mismo hilo conductor. Recoge del paisaje de su entorno sus figuras y sus colores, sus temas y sus vivencias, además, como en todo proceso creativo sus experiencias están plasmadas en cada uno de sus lienzos.

El color en el trabajo de Wendy, es de suma importancia. Su etapa ollantina se caracterizó por el uso de los colores fuertes, vivos. En su estancia limeña hay el uso de diversas gamas de ocres y en los cuadros de la muestra Mar y marea, el uso del azul es preponderante.

La fuerza de sus trazos se percibe en cada trazo del pincel. Sus primeras pinturas ollantinas mostraban enérgicos troncos con ramas separadas, luego vinieron la serie de perros con las fauces abiertas, así como los espinos punzantes. Los techos chorrillanos le inspiraron las teatinas, que brotan desde los techos planos hacia el cielo, sugiriendo una protesta ante la monotonía.

El agua es un elemento que limpia, que purifica y ahora Wendy lo presenta como un medio de catarsis, por que vuelve a sus fuentes, a sus orígenes que estuvieron rodeados de mar.

Un mar por donde surca imponente una barca, mientras en la costa hay una embarcación en construcción, nos remite a que lo que se construye en la tierra puede ser fácilmente destruido en el mar. El mar, espacio que se va transformando eternamente, con cada ola, con cada marea, es una metáfora de la vida misma, que está en permanente cambio, donde cada minuto es diferente al anterior.

El mar que puede estar por momentos pacífico, también es impetuoso, con olas gigantes y atronadoras, que nos atrapan y envuelven nuestros órganos, nuestros cuerpos. Cuando la ola nos cubre, el agua penetra a nuestros pulmones por las mismas vías respiratorias por las que saboreamos el olor marino.

Las barcas de pescadores navegan solitarias al atardecer perdiéndose entre las olas y arrojan sus redes que forman espacios tranquilos, serenos, donde no sabemos que se encontrará. Los espacios cercados por los flotadores de las redes que, semejando un rosario de coloridas cuentas, son zonas de quietud, de tranquilidad, diferentes a su entorno en movimiento. Las redes que cuando se recogen, intentan inútilmente atrapar el agua, así como intentamos atrapar nuestros sueños.

Las barcas transportan vida, encierran órganos, necesitan el mismo motor humano para desplazarse y también barcas fúnebres cargando huesos, como si el mar fuese un inmenso cementerio, donde los restos humanos se encuentran desperdigados. La estructura de un bote sirve de soporte a un corazón, lo protege como si fuera un tórax, por que toda embarcación tiene un centro, tiene un corazón que le permite flotar equilibradamente.

Una pintura honesta, con síntesis en el dibujo, en la que se imprime la fuerza y la fragilidad de la vida.